TLF
A mediados de los noventa, cuando aún era una niña, pero comenzaba a explorar sonidos y me dejaba influenciar por todas las generaciones de mi familia, escuché una voz que de alguna manera me cautivó. Shirley Manson con su look enérgico y ojos misteriosos le cantaba a la superficialidad, ‘Stupid Girl’ me llevó a conocer otros once temas que conformaban el primer disco de Garbage, mi favorito: ‘Queer’.
Dos o quizá tres años después conocí a Blondie. Su éxito ‘Maria’ marcaba el regreso de Deborah Harry, Clem Burke, Gary Valentine, James Destri y Chris Stein; aunque me tomó varios meses más saber que se trataba de una agrupación, no de una artista que había tomado el apodo de su rubia cabellera. Para ese entonces, Garbage ya estaba promocionando el tema ‘Special’ de su tercer álbum.
Eran finales de los noventa y más de veinte años habían pasado desde que Blondie se había formado, Garbage a duras penas estaba cumpliendo su primer lustro de vida, pero ambos se posicionaban en las listas de popularidad. Sin importar generaciones o estilos, cada uno con su propuesta alimentaba la escena musical del momento. Otros 17 años han pasado, ambas bandas regresaron con material que recuerda a sus orígenes, ‘Fun’ o ‘Empty’ lo comprueban.
Con tan sólo una época de éxito en común, Blondie y Garbage anunciaron a inicios de este año una gira en conjunto: Rage and Rapture Tour. Ayer fue el turno de México para ver a estos dos íconos compartir escenario… nada más. Sin interacción, se desarrolló un concierto que bien pudieron ser dos en distintas fechas. La gira en conjunto nunca cobró sentido, ni siquiera regalaron a su público un éxito en voz de ambas cantantes.
Sin embargo, cada quien hizo lo suyo. Garbage rompió el silencio en punto de las nueve de la noche con ‘No Horses’. Sin espacio a la nostalgia, la agrupación rindió homenaje a una generación que se dejó influenciar por nuevos sonidos y por el distanciamiento del pop que ofrecían bandas como Smashing Pumpkins, Nirvana o Hole. Éxito tras éxito bombardeó nuestros oídos con los riffs característicos de Steve Marker, que tanto amamos.
Shirley Manson, llena energía, salió envuelta de rojo, pasión de pies a cabeza. Como líder de la banda dedicó unas palabras al público para externarles su amor. Confesó que cuando se enamoraba solía escribir en sus libretas TLF (true love forever) y ahora eso es lo siente por los mexicanos. Como era de esperarse, la audiencia respondió con aplausos y ovaciones.
Con mucha melancolía llegó el turno de ‘Cup of Coffee’ pocas veces he visto a un artista tan fiel, Manson no es una intérprete cualquiera, ella vive una a una sus canciones. Cuando la batería sonó a la par de la guitarra dando preludio para que la peculiar belleza carmín entonara “I was angry when I met you..” el recinto estalló de emoción, todos al unísono cantamos ‘Push it’ como si se tratara del tema del momento, su sonido no caduca.
La torpeza de haber emprendido un tour con otra banda, le robó tiempo a Garbage. Su trayectoria bien le puede dar temas para dos horas de espectáculo pero esta vez tuvo que terminar la presentación y aunque prescindió de varias canciones esperadas, su selecto setlist no decepcionó a nadie. El precio del boleto ya había sido retribuido por lo que algunos no dudaron en abandonar el foro.
Mientras tanto, otros más iban llegando; su interés se enfocaba en Blondie, quien estaba apunto de iniciar su presentación. En este punto debo ser justa, Garbage significó mucho más en mi adolescencia, Blondie sólo era un sonido divertido que acompañaba a Lindsay Lohan en Mean Girls. Justo así fue el espectáculo de ayer para mí: una banda que me hizo revivir una etapa de mi vida vs otra que cumplió con la finalidad del entretenimiento.
Con más producción que entrega Blondie tenía reunidos a sus fans, que extrañamente se encontraban entre los 25 y 30 años. Quizá su presentación del 2013 en el Corona Capital le dejó algunos hipsters como aficionados… en fin. Aun así, debo reconocer que el concierto fue completamente de Clem Burke, ¡qué hermoso trabajo en la batería! Ojalá nunca hubiera dejado a los Ramones.
Imagen Cortesía de OCESA
‘One way or another’ ‘Call Me’ y ‘Maria’ ya habían enloquecido a los mexicanos, así que sólo faltaba el tema protagonista: ‘Heart of Glass’. Las luces se apagaron y Blondie salió de nuevo para regalarle un encore a su público fiel. A decir verdad, estuvo bastante chafa. ¿Un cover de ‘My heart will go on’, en serio?
Para rematar el grupo nos confundió con la falsa promesa de concluir con algo de Donna Summer, -lo cual hubiera tenido más sentido-, los acordes cambiaron de pronto a ‘Satisfaction’ de los Rolling Stones, pero tampoco se ejecutó la canción. Al parecer solo fue el aviso para que los técnicos prendieran las luces del foro y con ello dejar claro al público que todo había terminado.
En resumidas cuentas, Blondie y Garbage le dieron a sus respectivos públicos lo justo en una hora cada uno, pero sin compartir el micrófono por un solo segundo. ¿Por qué decidieron juntar sus colaboraciones? Por su cuenta, cada banda bien pudo llenar un recinto más pequeño, tal vez dos fechas en el Plaza Condesa o una en la Arena Ciudad de México, así hubieran sido protagonistas de su propio espectáculo.