Mechanical Animals
Hace 20 años el alienígena Omega aterrizó en el planeta Tierra, fue capturado y obligado a ser parte de la banda de rock Mechanical Animals.
El alter ego creado por Marilyn Manson para su tercer disco de estudio, definió el arte de las portadas de finales de los noventa. El Mechanical fue un álbum conceptual, estilizado, elegante e irregular.
Manson siempre tuvo de su lado la capacidad para provocar, el don de lo grotesco, el talento para el barroquismo. Esta habilidad para llamar la atención jugó a favor y en contra del reverendo, muchas veces su música fue opacada por su imagen y Mechanical Animals no fue la excepción.
Para variar, me gustaría abordar el disco de Manson desde un punto de vista meramente musical. A diferencia de su predecesor Antichrist Superstar, Mechanical Animals es un álbum mucho menos oscuro, el eco gótico de Antichrist fue cambiado por el glam, los años 70 y David Bowie.
En muchos sentidos, Mechanical Animals es el trabajo más convencional de la banda americana; un respiro pop que se dio el reverendo en medio de su trip satánico. La banda creó 14 tracks atmosféricos, mucho más cercanos al new wave de Roxy Music que al metal al que nos tenían acostumbrados.
Los sencillos del disco: ‘The Dope Show’, ‘Mechanical Animals’ y ‘Rock is Dead’, son canciones pop disfrazadas con guitarras y sintetizadores a la Nine Inch Nails, tres pistas que englobaron la esencia del disco, música para poperos escondida en un traje de rockero.
En ‘The Speed of Pain’, ‘I Don’t Like the Drugs (But the Drugs Like Me)’ y ‘Disassociative’; se siente el toque de las capas de guitarras de las calabazas aplastadas, es importante mencionar que Billy Corgan (líder de The Smashing Pumpkins), fue asesor musical de Manson durante la grabación de Mechanical Animals.
‘The Last Day on Earth’ y ‘Coma White’ son las únicas canciones que continúan con la historia del extraterrestre Omega, tal parece que a Manson se le olvidó que Mechanical Animals era un álbum conceptual al segundo track.
Son muchas las historias que se podrían contar alrededor del álbum (el innovador arte del disco compacto, la imagen andrógina de Manson, la tragedia de Columbine que se dio en medio de la gira promocional del disco). A 20 años de su estreno, el mejor homenaje que se le puede hacer a Mechanical Animals es despojarlo de toda la parafernalia que lo adorna y revisarlo con oídos vírgenes y audífonos a todo volumen.