El día terminará como empezó
Densa,claustrofóbica, asfixiante; son algunos de los términos con los que podemos describir a Sólo el fin del mundo de Xavier Dolan. Una cinta que a través de su primerísimos planos recrea la angustiante situación familiar tras el regreso de uno de sus miembros quien llega para dar una noticia inesperada.
Carlos Luna Setieén y Daniela Padilla también retoman el texto de de Jean- Luc Lagarce para dar vida a El día terminará como empezó, una obra que se sacude toda la fatigante dramatización del l’enfant terrible. “Uno de nuestros objetivos era no usar la cinta de Dolan como referente, incluso pedimos a los actores abstenerse de verla” confesó Luna.
La versión teatral de Sólo el fin del mundo es una refrescante adaptación que se libera de toda fatiga emocional, a través de un escenario brinda al espectador la posibilidad de respirar, suspirar y compadecernos de todos los personajes, pero será su protagonista, Luis (Miguel Narro alternando con Fabián Herz), el que tocará los corazones con su dolorosa noticia.
La densidad del texto, exige a sus actores una minuciosa interpretación que dote a cada uno de matices visibles pero nada obvios. Hasta en la línea más cortes se esconde un reproche, en la emoción de un abrazo que ha esperado 12 años se palpa el miedo de volver a perder y la cordialidad cobija el coraje ante la falta de explicaciones.
Los actores hacen su rutina, alrededor de una mesa en el jardín, ahí convergen como una familia que pretende no estar quebrada. Por un lado, la hermana menor (Aída del Río) se encuentra entusiasmada, ama a su hermano y la lejanía ha hecho que su imaginación le cuente historias sobre él; en ella habita la tristeza de una vida poco emocionante de ahí surge su admiración por Luis y todo lo que le rodea; aunque en el fondo sabe que esa es una imagen falsa construida por su mente.
Es el hermano mayor (Nacho Tahhan alternando con Geromino Espeche) quien juega el papel contrario, es el hombre que esconde su dolor en la agresión y el rechazo hacia Luis. Mientras que su esposa (Muriel He) debe mantener la cordura al mismo tiempo que trata de evitar a toda costa las confrontaciones en la mesa donde el padre (Pedro Mira) no puede controlar su problema con el alcohol.
Poco a poco, el protagonista se toma sus pausas y entramos en su mente para conocer sus pensamientos, sus emociones; así se nos va develando la día de que a veces, sólo a veces, el destino cambia sus jugadas. Entendemos que no siempre el día termina como empezó, sin sobresaltos; la lección de no subestimar el día a día va tomando forma pacientemente.
Quizá Dolan pudo hacer más digerible su película con un poco de esta sutileza, pero no es su estilo. En cambio, Setieén y Padilla nos dan una versión más ligera pero conmovedora. Así que no dejen de ir todos los lunes hasta el 5 de agosto en el Foro Lucerna. Muriel He y Miguel Narro, los esperan:
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