El regreso de Pillowman
Desde lo más profundo de la mente perturbada de una escritora, regresa al Teatro Millán The Pillowman en su segunda temporada. En un contexto en que el papel de la mujer en la sociedad se está revalorizando y su figura cobra fuerza, el director mexicano Miguel Septién modifica la obra escrita por Martin McDonagh y apuesta por presentar a una mujer en el papel protagónico, lo que trae como consecuencia una relación entre los personajes completamente distinta a la que existió en la primera temporada protagonizada por Pierre Louis.
En el contexto de un régimen totalitarista, Regina Blandón se pone la piel de Katurian, una escritora trastornada por una infancia difícil que desahoga sus penas a través de las escritura de cuentos desgarradores que involucran asesinatos de niños. Esta literata será interrogada, con lujo de violencia, por dos gendarmes que no descansarán hasta hacerla confesar que ella es autora de una serie de asesinatos que se relacionan directamente con sus cuentos.
Katurian intentará probar su inocencia y, a la vez, salvar la vida de su mentalmente enfermo hermano, sublimemente interpretado por Alfonso Borbolla. La relación tensa con los guardias la llevarán a revivir una niñez que prefiere olvidar, esta introspección estará aderezada con algunos de los mejores cuentos de esta escritora imputada.
Miguel Septién tomó una excelente decisión cuando decidió darle el protagónico de la obra a Regina Blandón, quien potencia la fuerza del personaje y genera cuestionamientos cuando el público es testigo de las vejaciones sufridas a manos de unos imponentes gendarmes. Esta actriz demuestra que no está encasillada en un personaje o género y se desenvuelve muy bien en esta obra que mezcla humor negro con temas fuertes como la niñez perdida, el deseo ferviente de trascender a la vida y los traumas con que toda persona lidia.
Lo que más resalta de The Pillowman es el ritmo pausado que los actores le imprimen con largos silencios y diálogos intensos que lejos de alentar a la obra le imprimen tensión, tensión que se rompe esporádicamente con toques de humor negro. La escasez de la música ayuda a reforzar este ambiente que es roto únicamente cuando Katurian para alguna de sus historias o recuerda su infancia, escenas en las que la música se hace presente y la luz se torna difusa.
El texto es sumamente potente y mantiene al espectador al filo de la butaca, la historia se vale de diversos puntos de giro que intrigan, divierten e, incluso, asustan al público. Los actores en escena alcanzan un nivel muy alto para construir una historia profunda y contemplativa que invita a reflexionar acerca de la influencia que tiene la niñez en los adultos, de la importancia de la libertad de expresión y del arte como válvula de escape.
Todos y cada uno de los actores que participan en la obra se desenvuelven de manera magistral en su papel. Es imperante destacar la relación que se genera entre Katurian y los gendarmes Tupolski (Pablo Perroni) y Ariel (Enrique Arce Gómez) quienes tejen unas subtramas internas sumamente interesantes que los llevan a tener un arco de transformación incluso más marcado que el de la protagonista.
La actuación de María Perroni Garza es impresionante, las escenas que realiza tienen una carga emocional muy fuerte que esta pequeña actriz logra dominar y, así, demostrar la madurez que se necesita en el mundo teatral. Andrea Biestro y Adrián Pola logran petrificar al espectador al representar a unos oníricos e inquietantes padres que dotan a la historia de suspenso y fungen como hilo conductor entre la protagonista y sus cuentos.
La segunda temporada de The Pillowman se presentará hasta el 11 de diciembre del 2019 todos los miércoles a las 20:30 horas en el Teatro Milán, las localidades están en $500 pesos. Es una obra potente, tensa, humorística y fascinante digna de reconocimiento.
- Productores: Ícaro, Pablo Perroni y Cuarta Pared.
- Dramaturgo: Martin McDonagh.
- Director: Miguel Septién.
- Elenco: Pablo Perroni, María Perroni, Regina Blandón, Adrián Pola, Enrique Arce Gómez, Alfonso Borbolla, Andrea Biestro, Eduardo Siqueiros.
- Escenógrafo: Félix Arroyo.
- Iluminación: Félix Arroyo.
- Vestuario: Giselle Sandiel.
- Música: Dano Coutiño.