LOMBRICES MUERTAS
Estamos cumpliendo seis meses. No de relación ni de celebración, sino de estar encerrados. Durante este tiempo, hemos visto casi de todo en ZOOM: desde lecturas dramatizadas, material pregrabado, mezclas entre distintos lenguajes y últimamente, obras transmitidas desde el teatro. Ahora, Los Tradicionales han creado una adaptación que más allá de ser una traducción virtual de la obra que estaban presentando en La Capilla antes del cierre, es una secuela que lleva a los espectadores a conocer el futuro de estos personajes después del final de Lombrices.
Lombrices nos contaba la historia de dos ancianas que se recluían en un departamento a tejer, tomar chocolate y platicar; pero también a pelear. Buscaban en el encierro olvidar también muchos recuerdos del camino andado. Dentro de su lista de actividades, hubo una que dotó a sus vidas de encierro—y también a la obra— de momentos risibles: intentar matar a su compañera de distintas formas y en varios intentos. Sin embargo, Consuelo y Martirio no pudieron seguir contando esta historia en persona y abandonaron este mundo.
En Lombrices Muertas, —esta ‘’segunda parte’’ que se está presentando en formato virtual— estas dos mujeres llevan esperando meses en el purgatorio. De esta manera, cuando los anfitriones dan acceso a los espectadores, se da por inaugurado el juicio en el que se decidirá cuál será el lugar donde estas dos almas pasarán el resto de esa prometida vida eterna. Uno de los elementos que caracterizan a esta versión es la presencia de más personajes: Jesús Galindo, alternando con Roberto Pichardo como el Juez Federico Balbuena y Martha Claudia Moreno como el tortuoso ex amor de Martirio. Además, el público será el jurado pues aparte de emitir el veredicto, tienen la oportunidad de realizar preguntas para indagar sobre la vida y relación de estas dos compañeras.
La dirección está a cargo de Daniel Sosa Derat y el texto es de Pablo Albarello. Sin embargo, la parte más interesante de este montaje será precisamente la participación del público y el cómo Consuelo —la anciana interpretada por Alberto Lomnitz, que aparenta ser dulce y a quien de repente se le ven los bemoles de su personalidad— y Martirio —la arquetípica cascarrabias, personificada por Arturo Reyes, que encuentra un pero en todo, pero cuya honestidad jamás está en juego— reaccionarán ante las preguntas del público que durante el estreno se vieron emocionados por ser parte de la ficción.
Uno de los valores más notables de esta función virtual, fue la apertura del espectáculo a cargo de Steve Jobs, —que más que un personaje, el actor Michel de León funge como una suerte de asistente virtual— y cuya tarea fue indicar a los espectadores, paso a paso, las instrucciones para configurar la aplicación; de manera que el espectáculo, el mínimo juego que hacen con las cámaras y los inserts de la obra original se puedan apreciar de mejor manera. Es un trabajo que recuerda mucho a las típicas instrucciones que se dan en un teatro antes de la tercera llamada y que definitivamente ayuda a que las personas menos diestras con la tecnología puedan tener una experiencia más cercana a la diseñada por los creativos.
Aún con las dificultades que habrá que vencer y algunos tropiezos de ritmo en la improvisación de los actores ante las preguntas del público —que seguramente mejorarán con el paso de las funciones—, la mayoría de los miembros de la audiencia se expresaron agradecidos de poder actualmente observar desde otras partes del país eventos que regularmente se ven solo en la Ciudad de México. Algunos de ellos hasta feedback ofrecieron. Al final, para ellos es el espectáculo.