¡LA FIL TAMBIÉN ES CIENCIA! CON “EL RITMO DE LOS NÚMEROS”

Investigaciones científicas, han descubierto que cuando se escucha música, se activa la misma región cerebral que cuando se resuelve algún problema matemático; la forma en que se hace música tiene similitud con la manera en que se crean teorías científicas.

Estas similitudes y relación entre las matemáticas y la música las abordaron dos  divulgadores científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante la videocharla “El ritmo de los números”, como parte del programa ¡La FIL también es Ciencia!, de la FIL Guadalajara.

Al encuentro asistieron Sergio de Régules, coordinador científico de Revista ¿Cómo ves? y Claudia Hernández, desarrolladora de contenidos del Museo Universum, quienes recordaron cómo ambas disciplinas están más unidas de lo que parecen.

Cortesía © FIL Guadalajara

La plática empezó con Sergio de Régules “Desmitificando la música”, él mencionó que “La música es todo sonido organizado. Y nada más”, esta definición tiene el fin de abrir fronteras para su creación e investigación.

Con esa definición, no se le exige a la música que sea bailable, cantable, ni chiflable, ni agradable al oído, tampoco debe expresar sentimientos; una vez entendido eso, sabemos que hacer música es como crear conocimiento científico. 

La ciencia es conocimiento organizado; los científicos construyen explicaciones del universo llamadas teorías, seleccionando elementos y observaciones de la naturaleza y las compone en el sentido más amplio de la expresión. La construcción de una pieza musical se asemeja a una teoría científica; tomas elementos como melodías, rítmos, tímbricos y empiezas a seleccionar, los pones en relación con otros, igual que una teoría científica y el resultado genera ciertos efectos.

Para finalizar su participación, comentó que: “La música y la ciencia, buscan lo novedoso, lo diferente, por eso en cada época la música suena distinto, porque hay quienes están experimentando nuevas posibilidades para crearla”.

En su participación, Claudia Hernández, explicó: “Pitágoras se dispuso a investigar la música al crear un instrumento con una cuerda tensada, de la que emanaba sonidos distintos en función de donde se estiraba. Notó que algunos de los sonidos eran armoniosos al momento de juntarse y otros eran disonantes”

Para quienes no entienden mucho cómo funciona la música recordó que existen las siguientes notas: do, re, mi, fa, sol, la, si y do; ésta última, con un sonido más agudo que el primer do; lo mismo pasa con los números, que van del 0 al 9, cuya numeración escalan a las decenas, centenas, etcétera (10, 11… 20, 21… 89, 90),  como ocurre con las notas musicales. Así como las notas se repiten en distintas escalas, ocurre lo mismo con los dígitos numéricos, que en diferentes valores posicionales forman números distintos; de esas poquitas notas musicales se hace todo lo demás.

Decir que la partitura es música es tan corto como decir que la notación matemática es todas las matemáticas. Las matemáticas no son las ciencias de los números, sino la ciencia de los patrones.

Claudia Hernández, desarrolladora de contenidos del Museo Universum se despidió explicando que las matemáticas son una abstracción de la realidad, “Las personas que hacen música también utilizan esa abstracción en las notas, la música y las matemáticas describen en papel patrones que solo existen en la mente, cada instrumento musical genera sonidos distintos e incluso hay quienes los escuchan diferentes que otras personas”.

Aseguró que “Al escuchar música, las regiones en el cerebro que se activan son las mismas que cuando se trabaja en la resolución de un problema”.

CAMILA SOSA VILLADA, RECIBE PREMIO DE LITERATURA SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Con una charla agradable y recordando los versos que Sor Juana Inés de la Cruz inmortalizó en ¿En perseguirme, mundo, qué interesas?, la escritora Camila Sosa Villada compartió su alegría de presentarse en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, (aunque sea a distancia) para recibir el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, el cual se le otorgó por su novela Las malas.

Marisol Schulz, directora de la FIL, destacó la fuerza de Las malas que, de entre 67 candidaturas, logró cautivar por la crudeza de su relato y que pone en el ojo del huracán los desafíos que las mujeres travestis han enfrentado ante los prejuicios sociales, familiares y culturales.

Camila Sosa mencionó un emotivo mensaje en el que recordó vivencias infantiles y familiares, principalmente de cómo el recibir un premio de esta naturaleza marca un precedente que hace justicia y memoria.

Cortesía © FIL Guadalajara

No me asusta la mentira, ni tampoco caer en obviedades, les agradezco el coraje y lo inesperado. Se sienta un precedente con esta indecente escritora travesti que recibe tal distinción, y como dice Susy Shock, se inaugura la venganza de las travestis, por dónde menos se lo esperaban que es a través de la palabra.

La escritora y actriz, también expresó que “Las malas merecen el premio por todo lo que no está escrito”, y detalló que este libro es reflejo de una complicidad que “anestesia la culpa de una sociedad que pretendió mi cadáver y el de muchas, y que aún lo pretenden”. Sosa Villada  además detalló que Las malas está en un proceso de adaptación para una serie de aproximadamente seis capítulos, y señaló que le gustaría que la actriz Isabel Torres (protagonista de “Veneno”) sea quien la pueda interpretar.

La ganadora del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2020, fue reconocida por el encuentro tapatío al considerar que Las malas es por mucho una obra sobresaliente, capaz de resaltar la belleza en medio de la sordidez, el rechazo y el dolor, cómo lo puntualizó Ana García Bergua, representante del jurado, el cual votó de manera unánime para galardonar a la escritora originaria de Córdoba, Argentina.