Las relaciones sentimentales han estado mediadas por una sociedad conservadora que predefine los parámetros para definirlas. El término “pareja” limita el campo de los vínculos afectivos humanos y los encierra dentro del marco de la monogamia que monopoliza el amor en sociedad. No es un secreto que este tipo de instituciones se han resquebrajado gracias a un grupo de personas que las cuestiona. MMF Amor, deseo, apego y la gente que no entiende la diferencia, dirigida por Valeria Fabri, es una obra que busca realizar un estudio sobre el amor alejándose de los cánones y centrándose en la pureza de este sentimiento.


La puesta en escena presenta la vida de una trieja, conformada por Daniel (Axel Arenas), Julia (Fernanda Mijares-Bracho) y Miguel (Patricio José), que se encuentra en proceso de ruptura. Julia y Miguel son abandonados por Daniel, a partir de ese momento se generan interrogantes acerca de la fragilidad del amor y su diferencia con el deseo. Ellos dos dicen amarse, pero su vida en pareja es acosada por la sombra de Daniel. El vínculo que mantienen parece forzarse y los roces que se generan en la recién inaugurada relación de pareja vaticina un final.

A través de recuerdos y experiencias, que son magistralmente llevadas a escena con flashbacks, Julia y Miguel reconstruyen el inicio de su relación poliamorosa, visitan el momento en que se conocieron a través de memorias que se vuelven borrosas, cuestionan su lugar en la relación amorosa cuyo fin se ve cerca e intentan desesperadamente recuperar algo que, ambos saben, se ha perdido.

Todos los secretos celosamente guardados se evidencian. El sentimiento de soledad se mantiene perenne. Las culpas afloran. El deseo se pervierte. Es interesante ver cómo una pareja sufre la ruptura de su vínculo amoroso tal y como la padece la persona monógama que ha terminado una relación. La obra no se centra en el poliamor, pues lo da por contado, sino en el proceso de dolor que implica una ruptura en cualquier tipo de relación.

Conforme los personajes intentan recomponer un vínculo que se encuentra irreparablemente fracturado, las fronteras que dividen el amor, el deseo y el apego se difuminan, los personajes están imposibilitados para diferenciar entre estos conceptos. La palabra amor se prostituye y su significado se pierde cada vez que un personaje la evoca. 

Amor, deseo, apego y la gente que no entiende la diferencia, realiza un estudio profundo acerca de estos tres conceptos bajo el marco de una relación no convencional. La trieja y el vínculo amoroso construido entre los personajes es obviado bajo la premisa de que amor es amor, así el dilema de los personajes se asienta con fuerza y se aparta del contexto en que viven. El análisis que realiza la puesta en escena podría darse bajo el marco de una relación monógama convencional y eso es lo que la obra pretende mostrar. Sin importar la etiqueta que se le asigne al vínculo sentimental, el concepto de amor es válido e inmutable para todos, el sentimiento se mantiene a pesar de que la forma cambie.

La escenografía es magnífica. Los elementos que conforman el departamento en el que se desarrolla la obra (tazas, platos, almohadas, sillas, etc.) evidencian las diferencias insalvables que presentan los personajes en escenas. Ello se muestra perfectamente en los objetos cotidianos de los personajes, mientras dos utilizan una taza, el otro prefiere un termo. Estos detalles que podrían parecer nimios narran la realidad de la trieja y superan, a nivel simbólico, cualquier diálogo de los personajes.

Amor, deseo, apego y la gente que no entiende la diferencia, es un cuestionamiento honesto sobre el amor, alejada de cualquier sesgo esta obra se sumerge en las relaciones sentimentales para desvirtuar las falacias sobre el amor y definir claramente lo diferente que es amar, desear o apegarse a una persona. 

Esta puesta en escena se presentará en el Foro Lucerna del 24 de junio al 17 de julio del 2022 los viernes a las 20:30 horas, sábados las 17:30 y 20:00 horas y los domingos a las 13:00 y 17:00 horas.