La desaparición forzada en México es un mal latente que se ha afianzado con el paso de los años. Según el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en 2022 el país superó la cifra de 100 mil personas desaparecidas oficialmente. La incertidumbre que aqueja a los cientos de miles de familias por saber si sus hijos, hermanas, esposos, nietas y un estridente etcétera, se encuentran vivos es un daño colateral que hiere incesantemente los hogares mexicanos hasta fracturarlos. Es bajo este contexto familiar en el que se desarrolla Variaciones Schrödinger, obra escrita y dirigida por César Chagolla que llega al Teatro Helénico.

La trama se centra en Soco (Gabriela Núñez) una madre abnegada que cada noche, sin excepción, coloca cuatro platos en la mesa para cenar con su familia. Este acto rutinario se mantiene incluso ante la desaparición de uno de sus hijos. Soco permanece congelada en el tiempo. Cree fervientemente que su hijo está vivo y por ello nunca falta su plato en la mesa. 

El tiempo acosado por la incertidumbre y el dolor causa un vacío en Soco que se expande hasta sus lazos familiares. Su esposo e hijo tratan de hacerle ver una realidad a la que Soco se niega. Mientras no exista un cuerpo, la posibilidad de que su hijo continúe con vida se mantiene, como en el experimento de Schrödinger la falta de certeza abre posibilidades infinitas. 

La obra deambula entre pasajes oníricos qué sumergen al espectador en viajes temporales que comparten el mismo espacio: la cena familiar. Envueltos en una oscuridad espesa e inmutable esta puesta en escena representa las distintas formas de dolor que una familia puede sufrir ante la desaparición de uno de sus miembros. Navega entre la ira, la incertidumbre, la resignación, el hartazgo, la impotencia y una búsqueda irrefrenable de una verdad que se infiere, pero permanece oculta. 

Variaciones Schrödinger es un retrato crudo de las huellas indelebles que se implantan en una familia mexicana tras la desaparición forzada de su hijo. La espesa oscuridad carcome cada rincón del hogar y da luz a la incertidumbre, al temor, al recelo y al vacío que lentamente resquebrajan las relaciones de esta familia que jamás será la misma. Con un texto poderoso Chagolla denuncia un mal que aqueja a la sociedad mexicana y cuya pertinencia se diluye por la indiferencia y apatía del gobierno y los medios.

El uso de símbolos potencia la fuerza de esta obra que no teme denunciar al demonio de la desaparición que gobiernan en el país. Los platos de porcelana como representación de la fragilidad de la familia ante la pérdida abrupta conducen al desarrollo de la obra. Pasan de ser unos bellos y funcionales objetos a hacerse añicos tras la ira y la resignación. La oscuridad que se cierne sobre los rincones del escenario son un reflejo del manto incertidumbre y desasosiego que cubre a la familia protagonista.

Un elemento a destacar de Variaciones Schrödinger es la peculiar forma en que los personajes interactúan. Son nimias las ocasiones en que los personajes se tocan o se ven a los ojos, sus miradas están perdidas en el público, sus palabras cimbran el recinto teatral mostrando así la distancia y el vacío insertos en el núcleo familiar tras el evento que marcó sus vidas. 

Variaciones Schrödinger se presentará lunes y martes en el Teatro Helénico del 05 de agosto al 10 de septiembre a las 20:00 horas. Es una obra imperdible. Cruda, pero necesaria. Un grito desesperado de voces calladas por la incertidumbre, una denuncia que debe retumbar alto.