Un nuevo crimen en La Teatrería
La nueva temporada de ‘Crimen a su gusto’ arrancó este 6 de septiembre en La Teatrería, bajo la dirección y dramaturgia de Adrián Aranda, en una propuesta de improvisación en la que los espectadores se convierten en los verdaderos protagonistas.
En cada función se plantea un examen profesional de criminología ficticio, en el que los espectadores, como recién egresados, deben resolver un homicidio con información incompleta. El desenlace depende de sus decisiones, lo que convierte cada presentación en una experiencia irrepetible.

Tras tener gran aceptación en sus primeras tres temporadas, ‘Crimen a su gusto’ es una obra de teatro inmersiva e improvisada que combina elementos de comedia y drama policiaco. La propuesta explora emociones humanas simples, como el amor o la felicidad, así como las más complejas, como el odio y la ansiedad.
Para el director Adrián Aranda, dirigir una obra donde cada función es distinta representa un desafío constante: “Todos somos improvisadores y esto nos prepara para enfrentarnos a lo desconocido y a lo que propone el público”, explica. Agrega que han trabajado bajo un plan “algorítmico”: aunque algunas partes tienen texto fijo, nunca es la misma persona quien lo dice, por lo que cada actor debe conocer su texto y adaptarse según las demandas de cada función.

Por su parte, el actor José María Sarmiento comenta que la preparación del equipo va más allá del ensayo tradicional: “Entrenamos con juegos de destreza y para crear historias en el momento, de modo que podamos ajustarnos a lo que el público propone en cada función”. Añade que algunas propuestas del público son tan
complejas que adaptarlas a la realidad es un reto, pero que precisamente eso es lo divertido de la obra.

Con su peculiar forma de improvisación y participación activa, “Crimen a su gusto” se convierte en una obra que refleja las más oscuras imaginaciones del público, garantizando que salgas de la función con más de una reflexión. Es una obra donde el público no solo observa, sino que se convierte en juez de su propio misterio.