Este fin de semana, la cinta más reciente de Disney, Cruella, abre la oferta de la cartelera cinematográfica, con un estreno simultáneo en salas comerciales -incluyendo a Cinemex, cadena que regresa luego de su crisis financiera-, y a la pantalla chica, a través del ya polémico modelo de su streaming “premier access”.

Protagonizada por Emma Stone, y dirigida por Craig Gillespie Cruella nos lleva a través de la historia de esta apasionada de la moda para reivindicar, una vez más, su villanía all recorrer su vida desde la infancia, una marcada por el bullying de una sociedad que rechaza aquello que no comprende, hasta la confrontación y reconocimiento de su verdadero yo. 

La cinta es la prueba fehaciente de que Disney siempre juega a la segura. Cruella es un mix de fórmulas probadas. No sólo por la crítica, ya reiterativa, de lo mucho que recuerda a The devil wears Prada, también por el sinfín de estructuras que no aportan nada nuevo ni dramática ni estilísticamente. 

Indagar en el pasado de los villanos para dotarlos de matices o humanizarlos no es una novedad, pero Cruella nos dice que ese modelo aún tiene varios miles $ que explotar, especialmente cuando juegas con la expectativa de la vuelta que le darán a los valores y mensajes obsoletos e incluso indignantes en la actualidad. 

En esta primera entrega, porque desde ya anticipa una segunda, sale bien librada del giro al maltrato animal e incluso en la representación de féminas empoderadas, pero camina en la cuerda floja en temas de la maternidad elegida y prefiere abordar la diversidad como una anécdota que evoca a Bowie.

A ello se suma su soundtrack, uno compuesto por Rolling Stones, The Doors, Electric Light Oschestra, Nancy Sinatra, Deep Purple hasta The Clash y Blondie. Aunque no logra integrar la música como Baby Driver, conforma una gran banda sonora. A veces forzado, al meter un tema tras otro, pero vaya ¿quién no se deja seducir por Feeling Good de Nina Simone?

Personajes diseñados para meter un par de gags a la historia, incluyendo un perro -por supuesto-, y muchas otras cosas se le pueden reprochar a Cruella; sin embargo, Disney conoce bien su negocio, tantas cartas seguras no pueden terminar en desastre. La cinta es funcional, logra el cometido de entretenernos por dos horas.

Aún frente a esos modelos que no buscan esconderse, al contrario se usan descaradamente, se disfruta cada centímetro de tela y maquillaje en la película. El contraste entre lo sofisticado y lo punk que se traza en los personajes de Emma Thompson y Emma Stone son suficiente atractivo para no pestañear ni un segundo, porque además, ambas actrices los lucen con grandes interpretaciones.  

Cruella ha sido calificada por algunos como uno de los mejores trabajos en live action de Disney… quizá algunos lo dicen con la intención de engrandecer el filme o favorecer su taquilla, pero al final no es mentira, claro, si consideramos que la comparan con títulos decepcionantes como Aladdin, El Rey León o Alicia en el País de las Maravillas.

Aún para los más escépticos, Cruella satisface y logrará llenar los cines este fin de semana. Buenas noticias para Cinépolis y feliz apertura para Cinemex.