Es lo que expone el documental Dahomey, en el cual tesoros históricos de la República de Benin antes el reino de Dahomey, emprenden el viaje de regreso a su tierra natal de la cual muchos años atrás fueron robados y con la evolución del mundo “Civilizado” (Occidental) la carga moral de la violencia por parte de los europeos a las comunidades africanas ejerce presión para la devolución de ciertos tesoros culturales de dicha región de áfrica, claro con letras pequeñas entre líneas de por medio.

Realizado por Mati Clémentine Diop, Ciudadana francesa galardonada por el Festival de Róterdam gracias a su cortometraje Atlantiques (2009) y Ganadora del segundo premio más importante en el Festival de Cannes por su largometraje Atlantics, documenta y pone en escena un nuevo dilema complejo en donde implicaciones políticas, culturales y hasta económicas jugaran un papel importante en la percepción de dicha cinta merecedora de un Oso de oro otorgado en la Berlinale.

Dicho documental tiene un notable paralelismo con el saqueo recibido por parte de los colonizadores españoles en México, con la diferencia de que la devolución de estas piezas, principal conflicto narrativo generan un dilema ético entre quienes deben aprender a apropiarse de una cultura que les fue robada siguiendo aun parámetros colonizadores y quienes decidirán el futuro y evolución de su cultura, con escenas que establecen un paralelismo en donde la violencia colonial no ha desaparecido, solo ha evolucionado.