¿De qué forma habitamos los espacios? ¿Somos conscientes de nuestras manías y asombros al pisar un lugar por primera vez? En la película El piso del viento (2021), lxs creadorxs Gustavo Fontán y Gloria Peirano, realizan un experimento en el que llevan a múltiples personas intergeneracionales a visitar un lugar próximo a habitarse, esto con la intención de captar a cámara los sentimientos que evoca el refugio aún vacío, para que antes de habitarse de forma convencional, se pudiera generar una experiencia para alguien más.

El espacio es blanco en su totalidad con formas particulares y con varias ventanas que iluminan plenamente y hacen pasar la luz de varias formas a lo largo del día. A primera instancia las personas parecen estar en una a veces confusa experiencia interactiva de arte contemporáneo, aunque poco a poco van abriéndose para contar sus experiencias y algunos recuerdos que les evocan al estar ahí. 

El director Gustavo Fontán afirma que “fue un impacto el ver cada retazo de esas experiencias humanas” y además comenta que no había una coreografía previamente trazada para el trabajo de cámara sino que sucedió con un nivel de improvisación de acuerdo con la energía que emanaba cada persona en relación a lo que ellxs podían percibir. 

En la película habita la quietud y el asombro de ambos lados. Por lo tanto puede resultar monótona si no tienes ganas de rascar para dar una lectura propia de lo que se presenta en pantalla, sin embargo considero que es valioso el intento de experimentar y tratar de captar distintos asombros, por más sutiles que sean.

La cinta forma parte del 42 Foro Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.