En Dios está el camino y el camino está en Dios, pero ¿cómo podemos saber si seguimos el camino de Dios? Somos simples humanos, contradictorios, la pura idea de la perfección es ajena a nosotros, y aun así la buscamos, la anhelamos, hablamos como si fuéramos la voz de Dios, con hipocresía y egoísmo.De eso habla Godland, sobre la moralidad, no solo de la iglesia y sus representantes, sino de todos, seamos o no creyentes o practicantes de alguna religión.

Godland es una cinta que nos cuenta la historia de un cura de origen Danés, que tiene la misión de llevar la religión a los islandeses, para ello, el cura deberá embarcarse en un viaje para cruzar Islandia y edificar una iglesia, con el propósito de educar a la gente según la fe cristiana, mientras fotografía su entorno, su gente,  durante su cruzada, su fe se verá desafiada constantemente, haciéndose cuestionar que es realmente bueno.

La historia fue escrita tomando como inspiración las primeras fotografías tomadas en Islandia, creando así una trama llena de conflictos morales, entre la perfección de Dios y la imperfección de los hombres que dedican su vida a adorarlo.

Ellion Crosset Hove quien interpreta al cura Lucas entrega una actuación bastante sobresaliente, así como el cast que lo rodea. Cada uno de ellos, interpreta personajes que se sientes creíbles y reales. Las relaciones entre todos ellos se sienten naturales, tanto las relaciones de amor como las de odio, algo muy importante en una película cuya trama avanza según las relaciones de los personajes.

La historia creada por Hlynur Pálmason contiene temas sumamente profundos e interesantes, durante la primer hora de la cinta, vemos el viaje del padre Lucas por Islandia, y como poco a poco sus malas decisiones y las tempestades de la naturaleza hacen que dude de su relación con Dios, de la propia visión que tiene de el mismo y de su tarea a realizar. Sin embargo, incluso cuando esta sección de la película dura una hora, se sintió como si faltará tiempo para poder desarrollar el conflicto de la naturaleza con el protagonista, y es que durante los momentos donde la tensión era más palpable, el director opta por hacer un corte brusco, para dar una resolución conveniente.

Tras esos sucesos, llegamos a la segunda parte de la cinta, donde ahora el cura ha llegado a la aldea, esta vez, su fe no se verá desafiada por las tempestades de la naturaleza, sino por los deseos y emociones humanas, aquí las relaciones con el protagonista se vuelven el foco principal de la cinta, y a mi parecer esta segunda hora es la más interesante de las dos, la cinta presenta un constante cuestionamiento de la moralidad de que un cura contraiga matrimonio, esté enamorado, sienta odio, e incluso asesine, todo con la intención de dar al espectador un mensaje sobre la poca importancia que tienen nuestras vidas, lo intrascendentales que somos a la vista de Dios, esto por medio de metáforas visuales y la propia trama de la película.

Finalmente, hablando de aspectos técnicos, debo de decir que la música islandesa acompaña bastante bien a la fotografía de la cinta, la cual fue grabada en un formato 1×1. Este formato es completamente intencional, pues la cinta trata de emular aquellas fotografías en las que la historia está basada, dándole además un tono mucho más personal a la cinta.

Los paisajes de Islandia son retratados de una forma hermosa, los planos están bien dirigidos y muchas de las tomas tienen cargas simbólicas, especialmente cuando se trata de retratar a la naturaleza, pues acompañan a la cinta en momentos clave. Godland es una película altamente recomendable, puede ser que para muchos la primera hora de la cinta sea mucho más lenta y difícil de digerir, pero la segunda hora y la resolución final valen completamente la pena, sin lugar a dudas, es una película sumamente disfrutable y que te hará cuestionar constantemente sobre nuestras acciones como humanos.