Ed viaja a Portugal para, 30 años después de haber sido secuestrado, conocer a su hermano gemelo y a su madre biológica. Junto con Riley, su pareja, llegan a una mansión oculta en lo más profundo del bosque. Lo que inicia como un reencuentro familiar idílico, se transforma paulatinamente en una trama terrorífica en la que secretos oscuros salen a la luz para revelar el origen de una dinastía siniestra.

Herencia Siniestra, de Gabriel Abrantes, llega a las salas mexicanas este 19 de junio del 2024 para presentar una historia tejida que entreteje el misterio y el suspenso a través de los secretos de una familia portuguesa que vive alejada de la civilización. La importancia de los lazos familiares y su necesidad de mantenerlos unidos es cuestionada sutilmente a través de una trama enrevesada que mantiene expectante al público, pero que termina diluyendo el tema y deja un vacío cuando finaliza.

Gabriel Abrantes logra enganchar a la audiencia con un inicio interesante: el encuentro de un hombre huérfano con su familia biológica tras años de búsqueda. Desde que Ed y Riley se internan en los bosques portugueses saben que hay algo extraño, sin embargo, el deseo de Ed por construir un lazo que ha estado en vilo por años hace caso omiso a las alertas.

El primer encuentro con su progenitora es traumático para Ed, lejos de ver a la figura materna idealizada, se encuentra con una mujer anciana cuyo rostro ha sido carcomido por cirugías mal practicadas. Conforme pasan los días, la relación entre Ed, su hermano y su madre se irá estrechando superando los límites de la decencia y los convencionalismos. Riley intentará desentrañar la dinámica de una relación familiar cuya línea se comienza a desviar a lo siniestro. El secreto que sale a la luz será un impacto tanto para Riley como para el espectador.

El paraje portugués resulta innecesario en el filme, pues la trama se traslada de Nueva York a una mansión oculta en un bosque que podría encontrarse en cualquier país. Si bien el pretexto de asentar la historia en tierras lusitanas se intenta justificar con una pintura de Goya, el pretexto parece débil. 

Herencia Siniestra se desarrolla principalmente en esta mansión con grandes ventanales por los que se cuela una cegadora luz blanca, este elemento es interesante pues la luz que baña el lugar contrasta con la oscuridad de los secretos que tanto la familia como la propia mansión resguardan en su interior. El juego de luces blancas y azules que danzan sobre la pantalla ayudan a construir un ambiente lúgubre y misterioso que incomoda tanto a los personajes como al espectador. 

Esta es una película que realiza un manejo excepcional del suspenso al controlar el flujo de información a cuentagotas y en momentos específicos de la trama. Devela la información necesaria para mantener interesado al espectador, pero no la suficiente como para revelar todo o hacerla previsible. 

El error de este filme recae en que el tema que plantea en los primeros minutos es eclipsado por una trama que busca ser compleja, pero a la que al final se le notan los hilos. La necesidad de crear expectativa en el público genera que el curso de la trama se desvíe y busque resultados efectistas, como en el amplio catálogo de películas de terror para perder la esencia que se había trazado en el primer acto.

Herencia Siniestra es una película entretenida que maneja perfectamente la tensión y en la que el terror es casi inexistente, pero que mantiene al público expectante. Cuando llega el final es imposible dejar de sentir un vacío debido a lo dispersa que se vuelve. Da la espalda a los pilares construidos en el primer acto para dar paso a una película más del género que, si bien divierte, desaprovecha una oportunidad para aportar más a un género que carece de sorpresas y se ve recluido a una fórmula desgastada que se continúa refrendante mediante el abuso de elementos efectistas.

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