De la mano de Gary Shore, director de Drácula, la leyenda jamás contada (2014), seremos testigos sobre una de las leyendas urbanas más conocidas de los últimos años, la cual tiene como protagonista al RMS Queen Mary, un barco que está atracado y sin uso en Long Beach, California

La película está ubicada en dos espacios temporales que ocurren simultáneamente. En una de las historias, presenciamos a una familia integrada por una madre (Nell Hudson), un padre (Wil Coban) y una hija pequeña (Florrie Wilkilson), ellos suben al barco durante la época de 1938. La otra familia, integrada por los fotógrafos Anne y Patrick (Alice Eve y Joel Fry), junto a su hijo pequeño (Lenny Rush), embarcan el trasatlántico en tiempos actuales. Todo va bien hasta que el hijo pequeño desparece y comienzan a presenciar situaciones sobrenaturales y oscuras que albergan en el Queen Mary.

La leyenda urbana 

La embarcación tiene un lugar muy ganado en la historia, pese a sus historias macabras y sobrenaturales. En la Segunda Guerra Mundial, el Queen Mary y su hermano, el Queen Elizabeth, transportaron a casi dos millones de personas, principalmente militares. Fue tanto el impacto que el mismo Winston Churchill declararía que ambos buques permitieron que la guerra se redujera un año. Hitler llegó a ponerle recompensa por su hundimiento.

Fue a su vez, el barco responsable de la era dorada de las navegaciones en barcos de lujo. Hasta que llegaron los vuelos comerciales. Actualmente es un museo donde las personas viven una experiencia turística en sus interiores. Lo que más atrae a los turistas no fue su hazaña en la II Guerra Mundial, sino las historias de fantasmas que giran en torno al Queen Mary, la revista Time llegó a mencionar en 2008 que era uno de los lugares embrujados más asombrosos.

Desde un asesinato en una de las habitaciones, hasta sonidos de niños jugando en zonas del barco. Cierto o no, eso funcionó como inspiración para la película.

La película

La película se apega a la realidad de los hechos, refiriéndose al atractivo turístico que es hoy en día la embaración, así es como llega la familia contemporánea, porque el hijo tuvo un sueño donde se quedaban en la embarcación, y a su madre le llama la atención eso, por lo que deciden ir.

En cuanto a la otra familia, es visible el trabajo de vestuario y producción, donde también son fieles en cuanto a la exclusividad y lujos que representaba el trasatlántico en 1938. 

Las actuaciones cumplen con lo que la cinta requiere, en especial la del hijo pequeño, interpretado por Lenny Rush, un actor británico que ha ganado reputación en la serie de televisión Dodger. 

Sin embargo, todas esas promesas de terror y pesadillas a lo Barco Fantasma (2002), o Triangle (2009). Termina siendo una película que no termina por esclarecerse, volviéndose previsible y cliché.

A quienes consumimos películas de terror con frecuencia, estarán de acuerdo que mientras menos jump-scares tenga, mejor. Pues La Maldición de Queen Mary, abusa de este recurso, al final, más que perturbado, terminas con un insoportable dolor de cabeza,

Pero, si ya tiene un abuso de jump-scares, por lo menos pasar un buen momento es lo que uno espera. Pero es que sus casi dos horas de duración, inesperadamente se sienten, y bastante pesadas. Principalmente por la edición y montaje que lleva. Realizado por Ken Blackwell.

Los tiempos en los que vivimos las situaciones en el pasado, terminan alargándose de más y terminas olvidando lo que estaba pasando en el presente, o viceversa. Es por eso que, la confusión está más en su desaforada edición que en su propia trama.

Finalmente, la película cuenta con escenas que pueden ser sensibles para el espectador, no abusa del gore, pero lo hay. Sin embargo, es su guion simple y cliché, junto con su ritmo lo que terminan hundiendo a La Maldición de Queen Mary.

Se estrena el 23 de noviembre en salas de cine en México.