Si algo abunda en cada pueblo del mundo es el dolor del drama y los espectros que conllevan. Consciente de esto, Lúa Vermella explora ambos temas, más lo que se encuentra en medio.

Luna Roja (Lúa Vermella) es una película española de 2020, dirigida por Lois Patiño y con las participaciones de Ana Marra, Carmen Martínez, Pilar Rodlos y Rubio de Camelle. El tiempo parece detenerse en un pueblo en la costa de Galicia. Todo el mundo ahí está paralizado, aunque aún podemos oír sus voces: hablan sobre fantasmas, brujas, monstruos. Tres mujeres llegan al pueblo para encontrar a Rubio, un marinero que desapareció recientemente en el mar. 

Presentando su segundo largometraje, Lois Patiño dirige su nueva cinta y busca una mezcla entre sentimientos, paisajes, historias y folclor, poniendo especial atención en los elementos naturales que rodean a las personas y su impacto en las sensaciones. 

La atención promedio de la audiencia es cada vez más corta, lo cual se ha visto reflejado también en el cine. El ritmo analítico domina en la edición  y las escenas son cada vez más rápidas en el cine comercial. Como respuesta, el cine independiente ha optado por el ritmo sintético, con escenas eternas que atrapan, aburren, hasta volver a atrapar. 

El cine estadounidense independiente ha mamado fuertemente del cine europeo de la década de los 60 durante los últimos 8 años. Ahora, como siempre pasa, la influencia parece haber rebotado, y ahora el cine europeo se inspira en el cine americano. 

Luna Roja es una propuesta interesante, pero demasiado autocomplaciente. Con una clara influencia de David Lowery con su A Ghost Story (2017), Patiño intenta unir la melancolía y el folclor para generar postales sentimentales, y aunque ocasionalmente lo logra, termina por caer en todos los clichés del “cine de arte” y la pomposidad que aleja al arte de tener significado.