¿Sería una misión posible que después de 6 películas esta franquicia siga vigente? Pues la respuesta es sí. Pero ¿qué es lo que convierte a Misión Imposible en una película tan atractiva? Esa era la pregunta que llevaba en mente unos minutos antes de que iniciara la función.

A pesar de que los escenarios de las películas son ficticios, en esta franquicia elevan los lugares más cotidianos a algo lleno de misterio y adrenalina. Desde las calles y barrios más bonitos en Italia, hasta los aeropuertos, el desierto, y claro, los edificios del gobierno.

Sin embargo, creo que lo que convierte a esta serie de 7 películas en una experiencia emocionante, es el hecho de que por unas horas, puedas acceder a un mundo de agentes, de espías, que aunque claro, buscan -salvar al mundo- (cuyo destino parece ser siempre estar en manos de Estados Unidos) que parece ser tan realista. Además es una experiencia llena de emociones, no solo abordado desde la tensión, la acción, o la adrenalina, sino también desde el humor, la ironía, la amistad, y claro, el romance.

Todas estas emociones y situaciones parte de la vida diaria, que, a pesar de que Ethan Hunt, un agente de una organización internacional ficticia parezca invencible, te recuerde a ti mismo dentro de la trama que es humano, y te permita conectar con él en su travesía.

Sin duda la actuación y profesionalismo de Tom Cruise es llevado a otro nivel durante las escenas de acción, sobre todo en aquella que salta después de llegar a la orilla de una alta montaña en moto, para posteriormente, lanzarse y abrir el paracaídas. Todo de la mano de Rebeca Ferguson (Ilsa Faust) y sus inseparables amigos, cómplices de la aventura, Simon Pegg (Benji Dunn) y Ving Rhames (Luther Stickell) quienes le agregan un poco de comedia a la aventura.

Si bien, para quienes no son aficionados a la saga e incluso al género de acción, resulta innecesaria la larga duración de las escenas de persecución, que por la naturaleza de la cinta, son varias las que se incluyen en el largometraje, resultando en cansado para la audiencia.

Por otro lado, el guion aborda más de una faceta de cada uno de los personajes, lo cual resulta fantástico, pues explora desde la muerte, el dolor y el miedo que experimenta el protagonista durante sus misiones. “Es mucho poder para un solo hombre” es una línea que me parece magnífica, ya que, sí, la formula Estados Unidos salva al mundo de Rusia se repite, pero se deja muy en claro que el poder, así como la ambición son armas de doble filo.

Lo que parece un plus mayor, es el hecho de que la trama no responde a lo que el espectador espera, ya que sí, es predecible que Ethan siempre llevará a cabo la Misión Imposible, sin embargo, el costo para cumplir su propósito es alto, incluso un sacrificio, lo que nos recuerda que no siempre podemos tener todo lo que queremos, y para ganar algo valioso, a veces, hay que perder algo igual de enorme.

Por último, concluyo con lo siguiente: esta entrega de Misión imposible, fue sumamente entretenida, más por la emoción que ofrece al espectador, que por la aventura misma. El final deja al público en ascuas, pues es inconcluso y cumple su cometido perfectamente, ya que se deja muy en claro que habrá una segunda parte.