Mon Crime, el arte de la mentira
Ser acusado de un asesinato es un suceso que cambia vidas, destruye familias, arruina reputaciones, pero ¿qué pasa si es al revés? Esa es la pregunta que Mon Crime plantea, tendemos a relacionar un crimen y especialmente un asesinato con cosas negativas, pues eso es lo que las normas sociales y la ley dictan, si cometes un crimen, debes ser juzgado por tus actos, y tus actos deben ser castigados, los crímenes no pueden quedar impunes, a menos de que el crimen, tal vez, de la forma correcta sea un símbolo de libertad.
Esta comedia dirigida por François Ozon, cuenta la historia de Madeleine, (interpretada por Nadia Tereszkiewicz) una joven actriz poco talentosa la cual es acusada de asesinar a un importante productor de cine, sin embargo, lo que para muchos podría ser el fin de su carrera, para ella significa una oportunidad de saltar al estrellato, junto con su mejor amiga Pauline (Interpretada por Rebecca Marder), una abogada desempleada, deciden declarar a Madeleine culpable, para así salir en todos los periódicos, que todo el mundo hable de ella, volverse famosa, y cuando sea absuelta de sus crímenes convertirse en una estrella de cine.
La historia está ambientada en París de los años 30, una década en la que las mujeres aún no tenían derecho al voto y existía una desigualdad gigante entre hombres y mujeres, por lo que sí, gran parte de la cinta se sustenta en un discurso feminista. Desde el contexto social de la época, hasta el caso de absolución del crimen; todo tiene una influencia feminista. Ahora, si bien, lo anterior pareciera describir un thriller, lo cierto es que la película logra el equilibrio entre la sátira y el mensaje social.
Un ejemplo muy marcado de esto, son las figuras masculinas de la cinta, las cuales muestran, una postura interesante del hombre en la sociedad. Claramente existe la figura antagónica con tintes altamente conservadores, pero también la figura del hombre común, aquel que no es malvado, simplemente comete errores. Además nos topamos con algunas vueltas a personajes cliché, los cuales fueron una sorpresa. Mon Crime no degrada a los personajes masculinos para enaltecer a los femeninos.
Por el lado de nuestras protagonistas, no hay nada que decir, las actrices hacen un trabajo increíble, y los personajes son sumamente carismáticos, apoyados de un guion ingenioso y sólido, logran crear momentos únicos, llenos de simpatía y nos deja personajes con los que es fácil encariñarse.
Retomando el concepto de sátira, lo mejor de la película es su concepto de moralidad, pues a pesar de que hay chistes de por medio, la cinta cuestiona los actos de personas e instituciones de formas ingeniosas. Mientras las protagonistas tratan de absolver de culpa a alguien inocente se plantean cuestiones morales interesantes que la película no ignora, como el hecho de que el verdadero asesino está ahí fuera. Los cuestionamientos se plantean para entidades como directivos de empresas, el gobierno o incluso el prometido de nuestra protagonista.
Sin lugar a duda las preguntas que crea esta película junto con su tono y su humor fueron mis cosas favoritas, sin embargo, hay que mencionar también aquellas cosas que no me encantaron, las cuales fueron principalmente dos, la representación de París y los elementos Noir de la cinta.
Hablando de París, si bien, la película está ambientada en los años 30, realmente no se sentía así en muchas partes de la cinta, de hecho podrías pensar más de una vez que la película está ambientada en la actualidad de no ser por ciertos elementos. En cuanto al cine negro y sus elementos parecían tener gran protagonismo en su trailer, pero en la cinta parecen ser desaprovechados, aparecen solo un par de veces, lo cual es una pena, pues las veces que se llegan a ocupar dotan de identidad y estilo a la película; a su vez logra la atmósfera de los años 30; sin embargo, desde la mitad de la cinta, se olvidan completamente de este elemento.
En general la película me pareció entretenida y divertida, los chistes, prácticamente todos eran divertidos e ingeniosos, sin lugar a duda Mon Crime se sitúa como una de las mejores películas que el 27 Tour de Cine Francés nos trajo este año, y sin lugar a duda una de las imperdibles.