Muerte Infinita: surrealista y sangrienta
Mia Goth y Alexander Skarsgård unen sus caminos en la nueva película del director Brandon Cronenberg Infinity Pool o Muerte Infinita, una cinta perturbadora, surrealista y sangrienta que, sin duda, será una imperdible para las personas fanáticas al género ¿Será que el talento para generar horror viene de familia? Veamos qué tal está la cinta.
Es de recalcar que, previo a su estreno, Infinity Pool causó mucha expectativa por la inclusión de Mia Goth y Alexander Skarsgård en el elenco. Esto porque la actriz británica ha tenido la fortuna de forjar una sólida carrera en el género de las películas de horror con su reconocida labor en las obras de Pearl y X, ambas del año 2022. Asimismo, en el caso de Aleksander Skarsgård, ocurrió lo propio por su trabajo en la cinta de otro conocido director del género, Robert Eggers, en The Northman
En ese contexto, era lógico emocionarse por la interacción de estos dos talentos en la nueva obra de Brandon Cronenberg, y vaya que dicho experimento no decepciona.
Muerte infinita presenta la historia de James Foster (Skarsgård) un escritor en decadencia que, ante la falta de inspiración, decide tomar unas vacaciones junto a su esposa Em (Cleopatra Coleman) en un lugar paradisiaco y exclusivo llamado Li Tolqa. Sin embargo, el camino de James dará un vuelco preocupante cuando este conoce a Gabi (Mia Goth) otra vacacionista quien, junto a su acaudalado esposo, lo llevarán a desentrañar los secretos más oscuros de la isla y del propio James.
Desde el inicio, la cinta tiene una vibra muy peculiar que recuerda bastante a la franquicia de Hostel (2005) por la temática y el contacto inicial del protagonista con un mundo sumamente perturbador, también por una gama de colores fría que deja un sentimiento de que algo malo pasará en cualquier momento. Así como por detalles en los personajes ambientales o secundarios, cuyo propósito es que, como espectador, guardes una imagen en tu memoria que tomará importancia con el pasar de los minutos.
Toda esa construcción del misterio y la expectativa sirven para que el primer gran giro de la película sea memorable, espeluznante y que genuinamente genera la gran pregunta de ¿Qué demonios estoy viendo? El intentar adivinar cómo se desarrollará la trama es una gran virtud de la cinta, y si bien, es algo que no dura todo el tiempo, sí genera dudas relacionadas con los roles de James y Gabi.
Destaca el trabajo visual y de efectos especiales, mismos que sirven para mostrar en pantalla y , sin nada de diálogo, momentos meramente surrealistas que agrandan el tema de la muerte, así como del placer, dependiendo de las situaciones que atraviesan los personajes principales. Todo esto, acompañado por un gran diseño de audio que adereza la locura masoquista que invade la sala de cine y que puede recordar a lo visto en Neon Demon (dir.Nicolas Winding Refn, 2016).
En el papel de Gabi, Mia Goth acapara los reflectores y nos regala un personaje para recordar, ya que su química con el personaje de James está presente todo el tiempo. Los momentos que comparten en pantalla son geniales y el trabajo de cámara con los enfoques en sus miradas dan como resultado imágenes estremecedoras.
Muerte infinita también cuenta con cierto nivel de crítica social en cuanto a los excesos de las clases privilegiadas, similar a lo visto en The Menu o la reciente nominada al Oscar The Triangle of Sadness, pero a partir de una mirada más sanguinaria.
En general, queda muy claro que esta cinta será una de las mejores del año en cuanto al género del horror y una gran recomendación es informarse lo menos posible sobre ella para dejarse sorprender este próximo 30 de marzo.