Una cinta de terror que llega algo tarde en el año para asustar a las personas amantes del género. Del director Bishal Dutta, No lo abras es una cinta que se queda en el camino para ser una cinta memorable, puesto que se fundamenta en los convencionalismos del terror pero sin novedades, salvo por su premisa que va ligada a presentar un monstruo relacionado con la mitología hindú.

La historia nos presenta a Sam, la clásica estudiante adolescente que lleva una vida de lo más normal, preocupándose sólo por la escuela y el chico que le gusta, hasta que se ve involucrada con una vieja conocida suya, Tamira, quien lleva consigo un frasco que parece estar lleno de chapopote, pero que en realidad alberga a una entidad malévola.

Es después de una pequeña riña entre ambas donde comienza su calvario, puesto que, inteligentemente Sam tira el frasco de Tamira, de tal forma que libera a un demonio carnívoro de la mitología hindú conocido como Pishacha, el cual atormentará sus vidas, y las de sus seres queridos, hasta saciar su hambre. 

Pareciera spoiler, pero no lo es. El problema está en que gran parte de la historia se puede resolver si eres una persona fanática del género. Lo interesante aquí es el monstruo de turno, y el giro folklórico que le dan, al no ser una entidad conocida de las cintas de terror norteamericanas, aunque bien es cierto que su funcionamiento como amenaza se asemeja a El hombre invisible y a los demonios de la saga de Actividad Paranormal.

Se siente la fuerza de la entidad demoníaca, que se crea cierto misticismo para el momento de la gran revelación en el que aparece en pantalla. Su fuerza, poderes y momentos de tensión sirven para hacerlo sentir como algo amenazante. Asimismo, cuenta con momentos que te pueden mover el tapete si no estás preparado para uno que otro jumpscare.

Desafortunadamente, en el momento que el demonio se vuelve visible, no resulta tan amenazante e incluso cuenta con efectos especiales pobres que reducen el nivel de poder de la criatura, puesto que parece un Venom duende achaparrado sin mucho chiste. Un punto a favor puede ser que parece un monstruo sacado de películas clase B, porque se nota el empeño en el diseño de la criatura, pero como la historia se toma muy en serio dudo que haya sido la intención. 

De igual forma, el viaje de Sam y Tamira se vuelve innecesariamente complicado al ir de un lado para otro sin encontrar una solución real para su problema. No es sino hasta el momento que Sam platica con su madre que la historia avanza, e incluso se hace presente un poco del viaje de la heroína, debido a que la protagonista tiene un reencuentro con sus raíces a partir del personaje de su madre, precisamente para intentar acabar con el demonio.

Visualmente hay momentos muy interesantes en los que se crea la tensión característica de las películas de terror, con habitaciones de fondos oscuros en los que parece que hay algo acechando y juegos de luces que ayudan a crear una ambientación misteriosa, pero poco más en este aspecto. 

De esta forma No lo abras se queda como una historia de terror que prometía ser una película más memorable, en especial porque mucha de su promoción se basa en el slogan: de los productores de ¡HUYE!, palabras que terminan por ser un peso innecesario para la obra. 

Es por ello que no me parece una cinta recomendable, en especial si eres una persona recurrente de este tipo de obras. Va a la segura con la estructura narrativa y su propuesta no termina de ser del todo atractiva para echarle un vistazo. Pero, en todo caso, puede quedarse como una opción para ver en familia si quieres pasar un rato a gusto con una cinta de terror en pleno Diciembre.