Por algún milagro, Hollywood se digna cada vez más a leer subtítulos. Esto ha permitido que más cintas internacionales obtengan el reconocimiento occidental que merecen. Sin embargo, no todo lo que “brinca el charco” es digno de tal atención. 

ドライブ・マイ・カー (Drive My Car) es una película japonesa de 2021, dirigida por Ryūsuke Hamaguchi y estelarizada por Hidetoshi Nishijima, Tōko Miura, Masaki Okada y Reika Kirishima. Yusuke Kafuku, un actor y director de teatro, sin haber procesado la pérdida de su amada esposa después de dos años, acepta dirigir Tío Vania en el Festival de Teatro de Hiroshima. Ahí conoce a Misaki, una joven introvertida asignada para conducir su auto. Entre viajes, secretos del pasado y confesiones del corazón serán reveladas. 

Basado en el relato corto homónimo de Haruki Murakami, Ryūsuke Hamaguchi toma 30 páginas de historias y la convierte en una película de tres horas. Ahí reside mucho de lo que debemos saber sobre esta cinta. Con un ritmo sintético y largas tomas cargadas de diálogo, Hamaguchi intenta emular el ambiente reflexivo que Murakami construye en uno o dos párrafos. 

Tanto Murakami como Hamaguchi buscan contar una historia sobre comprender al otro. Pero más interesantemente, comprender al otro a través de uno mismo. Encontrarse a uno mismo es las incongruencias, contradicciones e inexplicabilidades del prójimo. 

Cuando nos topamos con pared intentando razonar los motivos y pensamientos del otro, lo único que podemos hacer es mirar hacia dentro tan fuerte como uno pueda. Estas barreras son también representadas con las barreras multilingüísticas en la obra que monta nuestro personaje principal donde, a pesar que cada personaje habla un idioma diferente, tanto los personajes como la audiencia son capaces de comprender las emociones. 

La fotografía de Hidetoshi Shinomiya busca hermosos encuentros entre momentos oníricos y desazonada realidad, reflejando la dicotomía natural de la vida misma y la historia que atraviesa Yusuke Kafuku. 

Aunque competente, Drive My Car busca llegar a reflexiones íntimas e importantes por medio del camino más innecesariamente largo, esparciendo su trama por demasiada duración y quedando lejos de la ejecución simplista y concisa que la historia requería.