La directora mexicana Lila Avilés estrena su segunda película, después del éxito de su ópera prima La camarista. Tótem es una cinta que habla sobre la sensibilidad de las infancias dentro de un entorno familiar con problemas y alegrías, como la de cualquier persona. 

Sol (Naíma Sentíes) no ve el día en el que pueda volver a ver a su papá enfermo y qué mejor que en la fiesta que la familia le está organizando. Los preparativos avanzan y la buena energía de la familia comienza a desmoronarse, pues emociones reprimidas y malos entendidos salen a la luz. A Sol, pese a comprender lo que sucede a su alrededor, todos estos asuntos externos terminan por afectarla anímicamente. 

Lila Avilés, con brillantez, disecciona a las infancias desde las emociones y el nivel de percepción que pueden tener con respecto al entorno de más conflicto su vida diaria durante ese momento: la familia. Sol sufre una transformación emocional compleja, pues de estar llena de júbilo y esperanza por ver de nuevo a su padre enfermo, la tristeza la invade poco a poco hasta dejar de concentrarse en el presente. 

El trabajo discursivo de Avilés es potente, ya que conduce a los espectadores por una marea de altibajos emocionales y problemáticas naturales de una familia a través de los ojos de Sol, una niña inteligente, perceptiva y que comprende lo que pasa bajo su nivel cognitivo, propio de su edad. Avilés nos dice que los infantes serán afectados por el comportamiento de su entorno, cuestión que provocará el surgimiento de las llamadas heridas de la infancia que condicionarán el desarrollo adulto. 

Por otro lado, la directora se ocupa por construir una ambientación realista, desde el decorado de la casa en el que se desarrolla toda la cinta, la cual está plagada de minuciosos detalles físicos, hasta el planteamiento psicológico de los personajes de soporte, quienes se alejan de los clichés y se delinean con sutiliza. Marisol Gasé y Monserrat Marañon interpretan a las tías de Sol, dos mujeres que emocional e ideológicamente se contraponen y llegan a enfrentarse de vez en cuando por sus distintas formas de ver las problemáticas de la familia; las actuaciones de estas dos actrices son un deleite, en especial por la gama de emociones que le impregnan a sus personajes.

Tótem es una obra emocional y nostálgica, que hace gala de una fotografía que exacerba y presenta al rojo vivo las emociones de los personajes, en conjunto con un soundtrack conmovedor que acentúa cada momento, tanto de gozo, como de desilusión. Una película que por momentos destroza el corazón, pero que en otros le da un abrazo.

Tótem fue acreedora al premio a Mejor Película, Mejor Director y Premio del Público (Ficción) en el Festival Internacional de Cine de Morelia y desde el 30 de noviembre está disponible en cines mexicanos seleccionados. La película es la selección de México a los próximos premios Oscar en la categoría de Mejor película extranjera.

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