Un ciudadano honesto forma parte de la 73 Muestra Internacional de Cine

Un hombre planta un árbol de tronco delgado en la banqueta de su nuevo vecindario, se percibe claramente su necesidad de verdor, jugo verde, plantas por doquier en el apartamento; una mañana como cualquiera, el robot automático aspira y limpia el piso. Una pareja de hombres homosexuales, blancos, buscan coronar su vida de “ensueño” con un bebé. Llegaron a vivir a un vecindario lleno de migrantes con miras a gentrificarse, en Tel Aviv. Se mudaron ahí por ser una gran oferta en contraste con la plusvalía de barrios menos precarizados. 

Trataron de construir su propia fortaleza, con la idea de ser ajenos e inmunes a lo que sucede en sus calles y a la condición económica y opresiones que viven sus vecinos. La vida dentro de su departamento es apacible, luminosa, como un departamento que podría salir en un catálogo de venta, ven documentales de animales, ven catálogos de mujeres que podrían ser el vientre de alquiler para su anhelado hije, todo dentro.

El protagonista trabaja en alguna compañía de diseño urbano. En sus maquetas digitales busca crear interacciones hegemónicas entre los dibujos 3D ahí representados: familias heterosexuales, abundancia de árboles en un entorno hostil de la metrópoli. La maqueta en la que trabaja resulta una ilusión, una perpetuación impuesta de los deseos y forma de relacionarnos, misma que él quisiera vivir y que aparentemente está construyendo.

Una noche, un hombre migrante y su amigo platicaban mientras se recargaban sin cuidado alguno sobre el árbol frágil que plantó el protagonista, el tronco se movía con facilidad, sus raíces tambaleaban. El protagonista por casualidad ve la escena y baja a pedirles amablemente que por favor no se recarguen sobre ese árbol débil. Le dicen que sí pero no dejan de hacerlo, la ansiedad e impotencia del hombre lo llevan a acusarlos con la policía, a dos hombres migrantes, ya saben cómo pudo acabar eso. El protagonista tras el desenlace de esa noche no puede dejar quieta su mente y su culpa, la cabeza le da vueltas y la sonrisa desaparece incluso dentro de su refugio. 

La película del israelí Idan Haguel indaga sobre los privilegios, sobre la gentrificación, sobre pequeños lugares pintados como la tierra prometida en medio de la precarización, sobre el proceso de desplazamiento forzado, sobre la idea de higienizar y apropiarse de barrios para gente aspiracionista que quedará endeudada de por vida, o gente que simplemente quiere un hogar. Asimismo, nos lleva a un acercamiento de los vientres de alquiler, a los catálogos de personas, al fenómeno complejo de pagar por un hije, a lo beneficioso que puede ser esto para una mujer precarizada. ¿Hasta qué punto se puede ser congruente con nuestros ideales y nuestra cotidianidad?

La película se estrenó en la sección Panorama de la Berlinale de 2023 y como parte de la 73° Muestra Internacional de Cine estará disponible en algunas salas del país, no te la pierdas. Te dejamos la cartelera de la Cineteca Nacional aquí.