La música. La música es un arte que ha acompañado al ser humano desde los inicios de su existencia, una concatenación de sonidos que se impregnan en el alma, la desnuda y permite expresar sentimientos que las palabras no son capaces de designar. Es imposible imaginar un mundo sin música en el que las bodas se amenicen con un silencio sepulcral, en el que las fiestas se limiten a bailes eróticos sin acompañamiento, en el que las declaraciones de amor o las rupturas no estén armonizadas, en el que el cine se ambiente únicamente con los sonidos diegéticos.

No se puede pasar por alto la trascendencia que la música ha tenido durante toda la historia del cine. No se debe olvidar que aun cuando el séptimo arte era silente, la música estuvo siempre presente en aquellas primeras salas de cine perennemente acompañadas por un piano. Cuando el cine evolucionó, la música se mantuvo a su lado potenciando los momentos más emotivos de las tramas y construyendo el soundtrack de la vida de cada espectador.

Es por ello que, en el marco del Día Mundial de la Música, se realizará un homenaje a cinco bandas sonoras que han acompañado a películas icónicas y que las personas han tomado como propias para armonizar la trama de su vida. Antes de iniciar, es importante indicar que, grosso modo, la banda sonora es el conjunto de sonidos de un filme que incluye, y no se limita, a la voz, música, efectos sonoros, sonidos diegéticos y silencio. Una vez aclarado esto pasemos a nuestra lista:

Titanic

¿Quién no ha soñado con estar en la proa de un barco (o al menos en la de una trajinera de Xochimilco) con las manos estiradas, el cabello revoloteando, la brisa acariciando tu rostro y las manos del ser amado tiernamente sujetas al vientre? (espero no ser el único, cof, cof), pues esta escena idílica no sería nada, ¡nada!, sin el acompañamiento de la icónica My heart Will go on, en versión instrumental, excelsamente dirigida por James Horner. Canción que será interpretada por Céline Dion en el momento más emotivo de Titanic

Más allá de esta interpretación que se ha quedado en el corazón de millones de espectadores que cada navidad repiten esta película en televisión abierta (con los cientos de comerciales que ello implica), la banda sonora de todo el filme de James Cameron es un deleite. Los sonidos que emanan de un barco destinado a la muerte, las música que se impregna en medio de las escenas de un amor imposible y los efectos sonoros de esa hecatombe causada por un pedazo de hielo en medio del océano, forman parte imprescindible para hacer de Titanic la obra maestra que es. 

Así que antes de debatir si Rose pudo o no haber salvado a Jack (yo soy un ferviente creyente de que sí cabía en la tabla) disfrutemos de la banda sonora de James Horner y gritemos: “Estoy volando”.

Rocky 

Son los primeros días del año nuevo. Acabas de pagar tu membresía anual en el gimnasio del barrio para cumplir con uno de los propósitos que decretaste mientras te atragantabas de uvas antes de que el año finalizara. Estás formado esperando a que desocupen la elíptica para que puedas empezar tu rutina. Esperas, esperas y esperas. Después de quince minutos eternos es tu turno. Te colocas frente a la máquina e intentas no vomitar al percatarte que la persona anterior bañó el aparato en sudor y no lo limpió. “Se acabó” te dices a ti mismo, piensas renunciar al ejercicio antes de empezar, pero, de pronto, algo te hace afianzarte a esa elíptica sudorosa. Tu pecho se infla. Tu mente se concentra al cien. “puedo lograrlo, voy a lograrlo”, piensas. Y comienzas con tu rutina confiado en que este año será el bueno. Y todo esto lo haces gracias a que en aquel hacinado gimnasio acaban de poner: Gonna fly now.

Esta es la canción de superación personal por antonomasia, más efectiva que cualquier libro de Jorge Bucay, más profunda que la plática de tu coach motivacional, más emocional que cualquier carta de un niño de secundaria. Gonna fly now contiene la partitura ideal para motivar a cualquier persona que sienta que no puede más. 

La banda sonora de Rocky, a la par que la película, se convirtió en un hito desde su estreno y ha traspasado las barreras del tiempo para convertirse en un himno. La música escrita por el italoamericano (igualito al protagonista de la película) Bill Conti está inserto en la memoria colectiva y ha generado que miles de personas viajen a Filadelfia para intentar hacer el icónico recorrido de El Semental Italiano… aunque pocos lo han logrado.

Star Wars episodio IV

¿Qué se puede decir de la banda sonora de esta película que no haya sido dicho antes? Desde el impresionante sonido de las espadas láser al chocar, pasando por el enigmático respirar de Darth Vader culminando en una música instrumental que ha sido el deleite de fanáticos, que continúan consumiendo cualquier serie o producto que Disney se invente sobre esta franquicia iniciada por George Lucas, el trabajo que el compositor John Williams realizó en esta película es simplemente perfecto, no por nada el American Film Institute reconoció a la banda sonora de Star Wars Episodio IV como la más memorable de todos los tiempos.

Esta película llegó para romper paradigmas en el mundo cinematográfico y para vaciar los bolsillos de los fanáticos que nacieron en cuanto los primeros fotogramas de este filme aparecieron ante sus ojos. No es un secreto que esta banda sonora seguirá impresionando a nuevas generaciones y llegará un momento en que hijos, padres y nietos disfrutarán de los arreglos de John Williams mientras libran una batalla con espadas láser.

Casablanca 

Clásico entre los clásicos, si estás leyendo este artículo y aún no has visto esta película te pido atentamente que apague tu computadora, bloquees tu celular, pidas perdón y corras a disfrutar de esta joya cinematográfica. Ambientada en Marruecos, en plena segunda guerra mundial, el filme narra el reencuentro de una expareja separada en la Francia ocupada por los nazis y cuyo amor se encuentra obstaculizado por un malentendido y las circunstancias que atañen a un mundo en guerra. 

Existe un momento de gran patetismo en la película en que un grupo de alemanes entona Die Wacht am Rhein, considerado como un himno nazi, que es acallado por la siempre bella Marsellesa, concentrando en una escena el choque de ideologías y la guerra inhumana que se estaba librando en Europa y parte de África. Max Steiner compuso una obra que es digna del peso de la historia que se narra en Casablanca.

La canción que se roba el protagonismo, y los suspiros de los enamorados, es As Time Goes By que tiene un peso importante en la trama y concentra los sentimientos y secretos de Rick e Ilsa que se materializan en las teclas de piano acariciadas por Sam el fiel confidente de los protagonistas. Es imposible escuchar esta canción y no enamorarse de la primera persona, o quimera, que uno se encuentra, solo por el deseo intrínseco que le nace a uno después de disfrutar el filme de decir “Play it again, Sam”.

Up

Agarren sus pañuelos desechables, quítense el rímel de los ojos, tomen al objeto más preciado que tengan a su alcance y prepárense para llorar al recordar uno de los inicios más tristes del cine: la historia de Ellie y Carl que llegó para darle un nuevo significado al amor en pleno siglo XX. Y es que quien asegure que no se le escaparon unas lágrimas al ver el inicio de Up es un mentiroso o no tiene corazón.

Y este pequeño cortometraje con que inicia la película no sería lo mismo sin la música compuesta por Michael Giacchino que potenció el dolor en la audiencia y dotó a Up de una fuerza descomunal. La banda sonora de este filme de Pixar es sensacional, los momentos de más tensión en la trama son acompañados con fuertes percusiones y vientos atronadores que dotan de patetismo a la escena y la música que se presenta al inicio del filme funge como leitmotiv de una trama que se va complicando y desemboca en un final que si bien no es tan potente como el inicio, cumple con su cometido.