No les culparía si al leer esta nota lo primero que se preguntaran es: “¿Qué es Art Toy y por qué hay una convención de eso?” Y quienes saben inglés podrán discernir que es algo que involucra juguetes y arte; pero la traducción directa no es más que la primera capa a lo que es la cultura Art Toy, demostrándonos por millonésima vez que las lecciones que aprendimos en Shrek sí son para toda la vida. 

La cultura, o más acertadamente, la anticultura alrededor de los Art Toys se centra en piezas de arte únicas, objetos de valor coleccionables que pueden ser juguetes intervenidos por los artistas o creaciones personales exclusivas. Estos, a veces llamados “Juguetes de diseñador”, son la sangre que corre por las venas de una comunidad de mentes creativas que suponen un frente ante los pensamientos de la cultura popular y sus caminos consumistas, o al menos así fue como inició. 

Digo esto porque al platicar con uno de los organizadores del evento, me compartió que la naturaleza de los Art Toys por sí mismos representan una antítesis del sistema al transformar objetos que son fruto del consumismo, como los juguetes, y generando arte original a base de ellos. Esto no solo apoya al artista independiente sino que aviva la flama de la rebelión anticultural que está en sus raíces.

Con este pensamiento de apoyo mutuo e ideas compartidas fue como esta primera edición de Art Toy Con tuvo su incepción. Diez países de todo el mundo: Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, España, Macau, México, Perú y Venezuela fueron las sedes simultáneas para el inicio de esta saga, con la versión de México llena de artistas de países afiliados, conferencias, talleres de “Hazlo tú mismo” y el afán de impulsar el arte. 

La pasión que tenían todas las personas involucradas en el evento se sentía en el ambiente, el querer apoyar, el ver al artista emergente y ponerlo en un escenario en donde pueda brillar era toda la razón de ser del festival. En mi humilde opinión  lo lograron, pues entras ahí y sales como una persona nueva con gastos completamente justificables por amor al arte y una bolsa llena de stickers que funcionan como tarjetas de presentación. 

Pero es aquí cuando regresamos a la paradoja de esta forma de expresión y del festival en general. Una de las preguntas que se hicieron en la rueda de prensa llevó a hablar sobre que lo más difícil de ser parte de estos colectivos es que es muy común que tomen por sentado al Art Toy, y esto hace que no le presten la atención suficiente, al menos no al mismo nivel que las películas o la pintura tradicional, simplemente no está en el zeitgeist cultural, más que por muy pocas excepciones. 

El objetivo de la creación del Art Toy Con es traer más atención a lo que hacen estos artistas, hacer que destaquen, que las personas reconozcan sus esfuerzos y habilidades y que justamente puedan vivir de lo que aman hacer y esto involucra a la cultura, haciendo que este movimiento anticultural camine sobre esta línea para poder sostenerse como lo merecen. 

¿La paradoja? El ciclo de la anticultura lentamente, integrándose a la cultura, navegando la delgada línea entre mantenerse reales a sus ideales sin contradecirse en el proceso.

A pesar de ello, los invito a reflexionar sobre la relevancia de invertir dinero en artistas y en sus trabajos y apoyar aquellas plataformas independientes que los ayudan a impulsarse. Aquí en Bogart esperamos con ansias la segunda edición del proyecto. 

Aparte, si en esta primera vez invitaron a Kemonito, solo puedo esperar lo mejor de la próxima. ¿Sabían qué él hace mucha de su mercancía a mano? #Apoyenasuartistaindependiente