Desangelada es la palabra que describe mejor la inauguración del Mundial de Rusia. Sin espectacularidad, sin carisma y prácticamente hasta sin entusiasmo dio inicio uno de los eventos deportivos más importantes.

Con Robbie Williams envuelto en el tapiz de la sala de la Tigresa, un rostro que le suma varios años a su edad y un pésimo audio, la audiencia a duras penas logró contagiarse de emoción.

¿Quién pensó que sería buena idea incluir Angels en el setlist de la ceremonia? Esta bien que la canción haya sido responsable de repuntar la carrera de Williams, tampoco es descabellado que la interprete en cada concierto pero ¿en un estadio? ¿En el mundial? ¿En serio?

Con ello vemos la antesala de lo que serán las próximas presentaciones del inglés. Para fortuna, su “show”, si es que así le podemos llamar, no determinará lo que realmente importa: los partidos de este mundial.

Foto: Reuters