PREMIO VOLTAIRE SE ENTREGÓ A RASHA AL-AMER, EDITORA DE DAR AL-JADEED

La libertad de expresión es uno de los cimientos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En su 35 aniversario la FIL Guadalajara fue elegida para ser sede de la entrega del Premio Voltaire, que cada año otorga la Asociación Internacional de Editores (IPA, por sus siglas en inglés), organización que pugna por defender el derecho a la libertad de publicación alrededor del mundo, y que este año fue concedido al sello libanés Dar Al-Jadeed, en la persona de su directora, Rasha Al-Ameer.


Para la ceremonia de premiación se contó con la presencia del periodista Jorge Ramos, quien contó cómo tuvo que dejar México en 1983 para escapar de la censura. “En Estados Unidos encontré la libertad que buscaba. Descubrí que los periodistas se burlaban del presidente, que entonces era [Ronald] Reagan, y no les pasaba nada ni nadie les pedía que cambiaran el tono de sus publicaciones”. El comunicador compartió sus anécdotas con los presidentes Donald Trump y Nicolás Maduro, y señaló que la labor de los periodistas es “Siempre estar del otro lado del poder. Hay que tomar posturas porque la neutralidad nunca ayuda a la víctima”. Ramos concluyó dirigiéndose a Rasha Al-Ameer, a quien dijo: “Por gente como tú, se puede hablar libremente”.

Luego de recibir el documento que oficializa la obtención del Premio Voltaire de manos de Karine Pansa, Rasha Al-Ameer tomó la palabra. En un emotivo mensaje creó un paralelismo entre Líbano, su país de origen; Lokman Slim, su hermano asesinado hace diez meses, y Voltaire, el pensador francés de quien toma el nombre el Premio de la IPA. “Ambos, Líbano y Lokman, creían en las luchas de Voltaire. Voltaire fue un hombre justo, y mi hermano fue un hombre justo. Estoy segura de que Lokman y Voltaire hubieran amado visitar Guadalajara y su Feria”.

ALMUDENA GRANDES RECIBE HOMENAJE EN LA FIL GUADALAJARA 

Mujer inteligente, de palabras y escritura fácil, escribía historias virtuosas y empáticas, es así como se recuerda a Almudena Grandes en el homenaje que se le rindió en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2021.  

Grupo Planeta organizó la mesa “Tus historias vivirán para siempre. Homenaje a Almudena Grandes”, en donde se dieron cita sus lectores y escritores; Benito Taibo recordó cómo fue el primer acercamiento a su literatura con Las edades de Lulú, libro que lo sonrojaba; recordó a Almudena como “Una persona llena de virtudes, entre ellas el escribir fácil, gracias a su habilidad para jugar con las palabras al tiempo que recuperaba la memoria histórica con el fin de no olvidar los acontecimientos importantes de España”.

Ángeles Mastretta leyó un texto donde la propia Almudena Grandes reflejaba su forma de escribir y ser, destacó la “Tremenda inteligencia, alegre, sensible, muy lúcida” que Grandes puso en sus libros, y expresó: “Pensemos mucho, hablamos mucho. Gracias Almudena, por tantas ideas”.

En su intervención, Carlos Puig, habló de la experiencia con Almudena;  al terminar una de las entrevistas que le realizó a Almudena Grandes, ésta le preguntó: “¿Cuándo llegaron los Puig a México?”, entre otras interrogantes relacionadas con la familia. A raíz de ello, para entender lo sucedido, se convirtió en lector de la escritora española. Se acercó, entonces, a la saga Episodios de una Guerra Interminable: Inés y la alegría (2012), El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2014), Los pacientes del doctor García (2017) y La madre de Frankenstein (2020).

Por su parte, Gabriela Warkentin pidió leer a la homenajeada para recordarla y no olvidar su generosidad. Era una mujer que podía confrontar de una manera distinta, sin perder la sonrisa”. Al final del homenaje se escuchó la canción Noches de boda”, de Joaquín Sabina y un fuerte aplauso en honor de Almudena Grandes, quien falleció el pasado 27 de noviembre.

¿OVEJAS NEGRAS? LO INCÓMODO EN LA LITERATURA 

Las ovejas negras entregan cuerpo y alma a la literatura, la ruptura y la reconstrucción del cuerpo en la literatura son fundamentales para el escritor. En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, se realizó la mesa “¿Ovejas negras? Lo incómodo en la literatura”; en la plática, Tamara Tenenbaum, Camila Sosa Villada y Julián Herbert charlaron sobre cómo han vivido esta ruptura en sus propios cuerpos, y cómo ha permeado en su escritura.

Los tres autores compartieron experiencias a la hora de crear sus obras, el primero en intervenir fue Julián Herbert, quien expusó: “No puede haber dolor moral o mental sin dolor físico. La violencia me recuerda la muerte de mi madre”, hecho que posteriormente lo llevó a la prostitución. Señaló que el exceso de drogas y alcohol fue parte fundamental del ejercicio de poner su cuerpo dentro de su literatura; comentó: “Mis años con la cocaína fueron largos y majestuosos”.

 El autor de Canción de tumba mencionó: “La cocaína se relaciona con la productividad, así que el cuerpo llega a la autodestrucción, esta se vuelve adictiva, pero es tiempo pasado”. Julián lleva alrededor de tres años sobrio, y esto le ha dado una nueva forma de esclarecer su presente. 

Por otra parte, Camila Sosa Villada, nunca tuvo una ruptura, sino una transformación, declaró que para ella no existe la escritura sin su cuerpo. “El mundo es mi piel”, expresó. En su libro Las malas, la escritora argentina aborda el mundo de los travestis, en el que ella misma vivió antes de su transición, y expusó que haber sido una mujer travesti definió su carrera. Sosa Villada mencionó que los travestis “son tan visibles que se tienen que esconder a pleno día”.

Finalmente, Tamara Tenenbaum “No ha roto su cuerpo para poder escribir, ha trabajado con él y lo ha puesto al límite”. Tamara creció en una familia judía en la que se sentía limitada por las creencias y no podía liberar su interior; ahora trabaja sus textos con resentimiento hacia lo minuciosamente controlado, con base en el humor negro, como el caso del feminismo que quiere controlar y prohibir muchos temas, “La gente no puede vivir sin dejar de prohibirse”, declaró Tamara.

La conferencia concluyó de forma mística, Julián Herbert echó las cartas del Tarot a cada una de las autoras y a él mismo. A Julián le salió el Mago; a Camila le salió el Mundo, que se desliza hacia donde nunca ha estado y a Tamara el 2 de Espadas, que significa el momento de cerrar ciclos.