ICONOS EN COLOR DE MANUEL PADUA
Desde los días de su infancia en que dibujaba con sus hermanos, Manuel Padua estuvo interesado en el arte; sin embargo fue hace 10 años que en la Escuela de Pintura del Museo de la Caricatura tomó un pincel bajo la tutela de personas como Emmanuel Vélez, y desde entonces no se ha detenido.
Su trabajo ha pasado por muchas transformaciones, tanto temáticas como de estilo. Criaturas como demonios y extraterrestres sobresalen en sus primeros trabajos, pero pronto fue evolucionando a otras direcciones. Finalmente, el mundo del retratismo llamó su atención, este interés que fue perfeccionando a través de los años le daría forma a su última exposición : “Iconos en color”.
Rostros de algunos de los íconos más influyentes de la cultura pop se mezclaron en una colorida galería que se encuentra en la planta baja del centro comercial Forum Buenavista, un lugar en donde mucha gente ha tenido el placer de conocer la obra más reciente del pintor.
Y es que precisamente uno de los objetivos de Padua es darse a conocer e incluso atraer gente que quizás tiene miedo de acercarse a alguna galería o museo. Esta exposición representa un trabajo artístico que el mismo autor describe como amigable para el público en general dado que son estos rostros reconocibles que captan el interés de cientos de personas que día a día transitan por este concurrido punto de encuentro, uno en el que los individuos se enfrentan con otro tipo de vitrinas.
Los personajes que protagonizan esta exposición fueron representados por el pintor dada su admiración por la obra y vida de artistas como David Bowie y Tin Tan. Algunos de estos trabajos tienen una historia detrás de su realización, un ejemplo de ello es Gandhi, hecho por Padua en un momento de serenidad tras un evento desagradable que lo llevó a un estado de frustración del cual nació posteriormente un estado de calma en donde el rostro de este pensador hindú surgió en su mente y pronto en su lienzo.
Tanto experiencias de vida como influencias pictóricas han transformado el trabajo de Padua, quién va siguiendo su propia línea y desea desenvolverse cada vez más, en un estilo más libre, como en algunas de sus pinturas que aluden a la cultura del jazz donde sale de las normas y deforma a su antojo los objetos del cuadro. Sin embargo, el autor asegura que son las horas de dedicación las que le ponen valor al arte.
Él considera que también la dinámica de los museos resulta limitante; pues en muchas ocasiones se ha encontrado con puertas cerradas pero es precisamente esta exposición la que le ha dado la oportunidad de llegar a más personas e incluso tener interacción con niños con quienes en ocasiones se acerca a platicar, ellos le enseñan sus propios trabajos y él les asesora.
A Padua le parece que los espacios convencionales y virtuales están saturados y ello puede desilusionar a la gente y hacer que se rindan a la hora de querer exponer su trabajo a un público mayor. Para aquellos que desean comenzar en este arte aconsejó que no se rindan:
“ Pinta o dibuja diario, lo más que puedas, perfecciona tu trabajo y sé consciente de que esto es algo de lo que puedes vivir. ”
“…No desistas…Haz tu propia galería.”