Dos años después de su presentación en el Corona Capital y en el festival regiomontano Live Out, la banda francesa Phoenix regresó a México. La noche de ayer, fue la primera de sus tres presentaciones en el Plaza Condesa, en donde cerrarán su gira Ti Amo el próximo 9 de mayo.

Cerca de las 7 de la tarde, el recinto permitió el acceso al público, para abrir la noche con un breve acto de Rey Pila, orgullosos de ser quien abriera a los franceses.

Y así, unos cuantos minutos después de las 9:30 de la noche, sonó la atmósfera ochentera de ‘J-Boy’, como ya es costumbre, los fans dejamos clara nuestra emoción por recibir a la banda liderada por Thomas Mars.

Inmediatamente después, ‘Lasso’ del álbum Wolfgang Amadeus Phoenix (que celebra 10 años), fue el pretexto ideal para hacer mover los pies de la audiencia. Si de algo puede presumir Phoenix, es su capacidad para contagiar ritmos; sus melodías tienden a ser ideales para bailar de felicidad, sin excesos ni romanticismos.


Con esa misma premisa sonaron ‘Entertainment’ y una de las más aclamadas de la noche ‘Lisztomania’. Como el cine de Danny Boyle, no hubo tiempo de calma, el concierto empezó audaz, dinámico, todo era ritmo, ritmo, ritmo.

La banda nos engañó, nos dio algo que parecía ser el clímax, uno que iría tema tras tema. La noche me recordó a mucho, tenía tanto de Alt-J, al ser una noche de nada más que diversión, me recordó a Jack White al tener un baterista que brilla con luz propia, a pesar de no ser parte formal de la banda.

Tal como lo haría Scorsese, Phoenix nos llevó sin darnos cuenta a la cumbre. ¿Qué más puede pasar? ¿Si ya sacaron las cartas fuertes, cómo pueden sorprendernos? Todo generaba incógnitas y al mismo tiempo, uníamos hilos para darnos cuenta que aún había más giros en esta historia.


La producción que acompaña al cuarteto es el refuerzo ideal de su concepto: simple, divertido y alegre. Con tendencias circenses, festivas, pero sobretodo ad hoc para bailar toda la noche, vivimos un concierto perfecto. Lo decía la audiencia extasiada, lo confirmaba la sonrisa de Christian Mazzalai y la entrega de Thomas Mars. Recuerdo pocas bandas tan cómodas y felices haciendo lo suyo.

Minuto a minuto creció la magia entre Phoenix y su audiencia. Algunos se preguntaban porqué no hacer una fecha en un recinto más grande, pero la respuesta se evidenció durante el Concierto: se trataba de encontrar cercanía con sus seguidores. Una fiesta entre amigos.

Sí, la noche fue una celebración íntima. Donde, además, la banda mostró reciprocidad a su/ fans, lo que pocos hacen. A la entrada repartieron boletos, y poco antes de concluir hicieron una rifa. Sin duda, un momento inolvidable para la ganadora que subió al escenario para recibir de manos de los músicos un exclusivo regalo.


En sintonía con su look y actitud desenfadada, Mars también bajó a compartir unos minutos con el público. Y así, llegó ‘If I ever feel better’, el recinto explotó en gritos de emoción. Para cerrar otra de las favoritas sonó: ‘Rome’. El acto parecía corto, todos esperábamos el encore. Si la música de Phoenix fuera parte de un soundtrack, acompañaría los mejores momentos, esos donde ríes en complicidad con tus amigos y nadie quiere que esa parte de nuestra película termine.

Como era de esperar, los franceses salieron de nuevo. Quizá los dos temas finales quedaron a deber para una noche casi perfecta. Para compensarlo, unos pocos tuvimos acceso al after party, aún más íntimo. La música siguió, los tragos, el baile y la diversión también. Pero ésta fue solo la primera de las tres noches prometedoras.



Y es que México está listo para recordarle a Phoenix el gran público que somos, mientras que la banda tiene la mejor forma de decirnos “Ti amo”.
Merci beaucoup a todos por cerrar de esta forma tan bonita su tour. Nos vemos pronto, Phoenix, para seguir bailando y seguir siendo felices.