Radiohead en concierto
¿Qué más halagos se pueden agregar a una reseña de Radiohead en vivo? No muchos realmente. Decir que Yorke, Greenwood, O’Brien y Selway son geniales es una certeza que se repite hasta el cansancio, sin embargo, con Radiohead bien vale la pena repetirse: son geniales.
La segunda fecha en México de la banda de Oxford abrió con ‘Burn the Witch’, sencillo de su último y estupendo álbum A Moon Shaped Pool, y con el cual, hizo estallar un abarrotado Palacio de los Deportes -no cabía un alma-. El concierto empezó de forma serena y evocativa, Radiohead en estado de hipnosis interpretó ‘Daydreaming’, ‘Desert Island Disk’, y ‘Full Stop’.
Al concierto le hacía falta un estallido que rompiera la calma, el riff inicial de ‘The National Anthem’ fue el pretexto perfecto para el caos, Thom Yorke comenzó su ritual de baile habitual y pasó de inquieto a epiléptico. La noche llegó a su etapa de madurez con ‘All I Need’, ‘Bloom y ‘No Surprises’, debemos mencionar que si la fecha del 3 de octubre se caracterizó por tener más singles de The Bends o Amnesiac, la de ayer fue la noche de OK Computer.
Mientras sonaban canciones como ‘Lotus Flower’, ‘Bodysnatchers’ o ‘The Numbers’ y Yorke bailaba con más de 20 mil personas, algo ocurría en un rincón del Palacio de los Deportes, agazapado en un esquina se encontraba John Greenwood en trance total, dirigiendo una orgía de sonidos: riffs, beats, teclazos, tamborazos, todo eso y mucho más; a veces da la impresión de que Greenwood puede hacer música con cualquier objeto.
El concierto se hizo adulto y Radiohead sacó a la luz tres joyas de su disco Kid A… Qué delicia es escuchar ‘Everything In Its Right Place’, ‘Idioteque’ y ‘How To Disappear Completely’ de corrido y sin interrupciones. Con ‘Paranoid Android’ y ‘There There’, la banda inglesa cerró su primer encore.
El segundo regreso –encore– de la banda trajo el momento más íntimo y cercano de la noche. El Palacio de los Deportes se iluminó de luces emitidas por celulares y escuchó a Yorke cantar la triste ‘Exit Music (For a Film)’, para después dejar el escenario listo para una interpretación memorable: ‘Fake Plastic Trees’ sonó en la Ciudad de México por segunda noche consecutiva.
Cuando las luces se prendieron y la gente se retiraba, Yorke y compañía regresaron para cumplir el último capricho a sus fans y a sí mismos, ‘Creep’ cerró otra noche de antología en la historia de amor entre México y Radiohead.
Acústicos, eléctricos, sónicos, melódicos, caóticos… Radiohead es Radiohead y nunca jamás, nos cansaremos de repetirlo.