Una de las actividades más prolíficas de los últimos años sin duda ha sido el doblaje de voz. Las redes sociales y páginas especializadas han agrandado el foco que actualmente tiene el medio, de estar en constante crítica a obtener respeto entre los espectadores, pero ¿cómo surgió este “arte”?

El actor de doblaje e historiador, Salvador Nájar, en su libro El doblaje de voz: Volumen I: En busca de los orígenes (uno de los tres libros mexicanos sobre este tema) cuenta acerca del origen de esta profesión y por qué el 12 de junio se le reconoce mundialmente: el doblaje de voz surge al mismo tiempo que el cine, el séptimo arte, puesto que el 12 de junio de 1985, cuando Louis Lumière filmó a congresistas franceses y les presentó el fragmento, uno de ellos (el señor Lagrange), vio la escena sin sonido e inmediatamente se fue detrás de la pantalla y repitió lo que dijo en dicha escena, siendo así la primera vez que alguien sincronizó la voz con la imagen.

Sin embargo, como recordaremos, el cine tuvo su etapa silente de 1985 a 1927, hasta que llegó El cantante de Jazz (1927), la primera película con sonido integrado, donde todas las voces se grabaron en post-producción y buscando la sincronía. Para los 30, en México se hizo presente su origen, puesto que las cintas mexicanas que se producían a veces tenían defectos en los diálogos y estos se tenían que volver a grabar en una sala de sonido.

Para 1943, el ingeniero Adolfo de la Riva fundó Fono-Mex, una empresa dedicada a la post-producción de películas mexicanas, donde se incluía el trabajo de doblaje de voz, al mismo tiempo que los estudios Churubusco comenzaron a realizar doblajes de las pocas cintas extranjeras que llegaban al país. No fue hasta el 44, cuando la productora Metro Goldwyn Mayer vino a México a reclutar talento actoral y radiofónico para doblar sus cintas en Nueva York; entre los actores reclutados estuvieron Carlos David Ortigosa, Blanca Estela Pavón, Dolores y Rosario Muñoz Ledo, Estrellita Díaz, Manolo Fábregas y Pedro D’Aguillón.

Estos actores contratados tuvieron que regresar a nuestro país en 1948, puesto que Argentina y México consideraron al doblaje como competencia desleal en contra del cine local y a favor del extranjero. A partir de aquí, sólo las cintas animadas podían doblarse.

Y hablando de animación, una de las empresas que más atención le ha puesto al doblaje es Disney, porque esta rama de la actuación no sólo es un negocio, sino que le da la oportunidad a personas con debilidad visual y analfabetismo a disfrutar de un material audiovisual, y esta empresa necesitaba llegar al público infantil, seres que estaban en sus primeros años de crecimiento y no sabían leer. 

El primer doblaje registrado de la casa del ratón fue de un cortometraje llamado Los tres cerditos de 1933, sin embargo, el más conocido es el de Blancanieves y los siete enanos (1937), el cual se hizo en Los Ángeles. Una particularidad que tuvieron estos doblajes era la mezcla de acentos, lo cual causó un poco de rechazo en el público, por lo que Disney decidió uniformar el idioma en cada una de sus películas y buscó en Latinoamérica un lugar dónde hacerlo: el país elegido fue Argentina. 

En este país se doblaron películas como Pinocho (1940), Dumbo (1941) y Bambi (1942), hasta que Edmundo Santos, un locutor mexicano de radio, criticó fuertemente el doblaje de estas producciones. Sus comentarios fueron escuchados por el mismo Walt Disney y fue citado en los Estudios Disney en California. Luego de una plática con Walt y que éste le diera las canciones de Pinocho para que las adaptara, así como un largo proceso de trabajo en el camino, en 1950 Disney convirtió a México en su principal proveedor de doblaje. 

Actualmente, México tiene alrededor del 70% de los materiales audiovisuales en espera de un doblaje, pero no hay que perder de vista que países como Chile, Venezuela, El Salvador, Argentina y hasta Colombia, tienen el material restante. 

El doblaje es querido y odiado a la vez, con miles de argumentos a favor y en contra, sin embargo, siempre debemos tener en cuenta que no es una práctica sencilla de hacer, donde existe un proceso largo que emprender para que cada producción sea doblada, así como fomenta la preservación del idioma español y ayuda a personas con deficiencias visuales.¿Tienen alguna película favorita con doblaje al español hispanoamericano, claro, además de Shrek?