Abordar el tema de Pink Floyd implica caer en polémica entre la virtud de Rogers Waters y David Gilmour, dejando a un lado el brillo de Richard Wright. El melancólico teclista es de aquellos talentosos que destacan por la calidad y sencillez de sus cuantificables composiciones.

Pienso que el autor de obras como Remember A Day, See Saw y Wearing The Inside Out equivalen al sistema respiratorio, mientras que Waters funcionaba como el cerebro y Gilmour los portentosos músculos.

El melancólico Wright gozaba del temple de un buda, tenía la facilidad de transmitir esa respiración en el teclado y los sintetizadores para crear ambientes y corear con la suavidad característica de su voz.

En 1978 cada integrante de Pink Floyd se dedicó a realizar obras individuales: Gilmour sacó un disco titulado con su nombre; Waters lanzó The Pros & Cons Of Hitch Hiking; y Richard Wright publicó el que, a mí parecer, es el mejor álbum de los tres mencionados, Wet Dream, el disco que enmarca la pericia del grandioso músico.

Wet Dream, tal como lo ilustró Hipgnosis en la portada, representa un viaje en yate a través de un melancólico Richard Wright a través de sus influencias jazzísticas y algunos versos que reflejaban su importancia respecto al amor, la amistad, y su contraparte la soledad.

La mente de Wright es el camino por el que navega Wet Dream, con la colaboración de Snowy White, logra insertar una obra ambiental reflexiva con pasajes lóbregos dispuestos a estallar en cualquier instante o sumergirte en un estado de pasividad mayor.

Wright describió el disco como “simple y con letras no muy sólidas”. En realidad lo que trataba de hacer era ocultar o minimizar las sensaciones que despertaba algo tan personal para él como Wet Dream. De las diez pistas del disco cuatro son acompañadas por su canto delicado pero imponente, dichos versos son diametralmente opuestos a lo que Richard reseñó de sus composiciones.

Against The Odds es una pieza triste y solitaria, ejecutada con una guitarra acústica y piano. La letra, escrita por su exesposa Juliette Gale, expresa el fastidio y el cansancio que representa el sentirse solitario por la rutina y el desamparo a causa de la ausencia del ser amado.

“We've gone through this before
Now we ask for more
Seems to me we can't escape at all
Words have no meaning
To hold such a feeling
Can there be a way out of here”.

Summer Elegy en todos los términos es brillante. Es tranquilidad absoluta que finaliza con un solo implacable de Snowy White. La letra es desgarradora de principio a fin y aborda a todas aquellas amistades llevadas al extremo y alejadas de la vida por la misma apatía y cómo producen estragos en la cotidianidad.

“One more sleepless night
And another wasted day
This song has no end
Too many words fill my mind”

Holiday es la pieza central del disco, y en ella Wright se retrata a sí mismo como un sujeto lleno de confusiones y dudas, sin embargo, deja espacio a disfrutar de los placeres de la vida como sentir la brisa y escuchar las olas. En la musicalidad y en el fraseo encontramos al melancólico Wright en su forma más pura.

“There is no single way to live our days
Between these lines I know you see a man
Who's not quite sure who he is
Or where he stands”

Por otra parte, encontramos algunos jams de groove sumamente atractivos que pueden desentonar en la línea argumental del disco, pero no distan de formar parte de la influencia del teclista.

Wet Dream es el episodio en el que Richard Wright se deja conocer, ese personaje de una mirada llena de melancolía y enfocada a su teclado, que raras veces sonríe, pero alrededor vislumbra un brillo propio y en su música percibimos el pensamiento de un ser que respira en conexión con el oleaje y vive como la marea tranquila.