En la historia de la música cientos de artistas han sido obviados en su época, poco reconocidos e incluso olvidados. Para mí, uno de los olvidos más trágicos de todos los tiempos es el que ha sufrido Nick Drake.

A mis 33 años, escuché por primera vez una canción de Drake hace escasos seis meses. Lo primero que vino a mi mente tras escuchar siete u ocho tracks fue “cómo carajos nunca había escuchado esto”.

Como yo, miles de personas pasaron de largo el genio del cantautor en los años sesenta y setenta, este olvido fue el principal detonante de la temible depresión que azotó a Drake y que posteriormente, lo llevaría a su muerte con sólo 26 años de edad.

“Now we rise and we are everywhere”.

En su estilo country/rock/jazz, la guitarra siempre fue el instrumento emblema, sin embargo, Drake hacía maravillas detrás del piano -basta escuchar ‘Poor Boy’ para constatarlo-. Su voz suave y adormilada, era un hermoso síntoma del insomnio crónico que sufría, su infinita sabiduría para componer, era una clara muestra de que Nick Drake miraba al cielo mientras los demás dormíamos.

‘´Cello Song’, ‘Nothern Sky’, ‘River Man’, ‘Black Eyed Dog’… es difícil decidirse por una de sus canciones, su inacabable tristeza daba para crear decenas de himnos folk, para el artista americano la música fue un conducto inmejorable para dejar caer toneladas de insatisfacción, frustración y sueños que jamás se cumplieron.

Al borde del precipicio, unos meses antes de su prematura partida, Nick Drake obsequió al mundo Pink Moon, una obra maestra somnolienta, una oda para aquellos que les gusta levantar la mirada y ver la luna en los patios de sus casas.

En un reporte escolar en sus años de primaria, el prefecto del colegio aseguró sobre Nick Drake: “nadie parece conocerlo muy bien”. Aún no entiendo por qué nos resistimos a conocer a este genio.

A continuación, les dejo una lista con las bellas armonías de Nicholas Drake, no conozco una mejor forma de no olvidarlo que escucharlo.