Francis Albert Sinatra fue uno de los cantantes más icónicos del Siglo XX, una de las voces que seguramente forman parte de una de las estrellas bordadas en la bandera de Estados Unidos; una leyenda; una eminencia en distintas dimensiones. 

El legado de Frank Sinatra radica desde su virtuosa voz de barítono, su técnica perfecta en el fraseo y control de la respiración para transmitir el sentimiento adecuado en la sílaba exacta, también fue pionero en la introducción del micrófono para tener mayor presencia ante la orquesta que tocaba a sus espaldas, lo que otorgaba un efecto de cercanía  en cada una de sus obras.

También podemos agregar que formaba parte de un grupo selecto de oídos absolutos, junto con Michael Jackson o Mozart, lo que potenciaba aún más su calidad a la hora de ejecutar su voz.

El cantante ganador de tres Globos de Oro explotaba sus notas vocales en un repertorio exquisito, la mayoría de orden jazzístico y popular correspondiente a su época, por ello es sencillo situarse en un restaurante elegante de Nueva York vestido con un saco de la mejor tela y un bombín, o el más fino vestido con una pluma en el cabello, pero en realidad hay un Sinatra para cada situación.

Uno de mis predilectos es durante las épocas decembrinas en las que todos nos abrigamos del frío arrasador; ir caminando por las calles mientras suena Let It Snow es un alivio, y despierta un cariño por el clima, el entorno y las costumbres navideñas.

Últimamente That’s Life ha resurgido gracias al célebre filme del Joker, pero con toda justicia debe estar en las listas de reproducción, como un paliativo ante los inminentes giros de la vida que nos suben y nos bajan agresivamente. 

Tampoco puede faltar esa versión romántica y más conocida de Sinatra, Fly Me To The Moon, My Way, I’ve Got You Under My Skin y Come Fly With Me son una oda a lo sublime, el romanticismo de Sinatra puede aflojar a los corazones más duros y enternecerlos. 

De modo que hay un Frank Sinatra para tiempos de frío, momentos de derrota y victoria, veladas románticas, noches de jazz, su historia como vocalista queda marcada y es de aquellas que se transmitirá por generaciones como una voz particular, inconfundible y eterna.