Del cine blanco y negro a la pantalla a color. La vida de Ingrid Bergman está documentada en archivos fotográficos y videos que fueron capturados desde su nacimiento en Estocolmo, Suecia un 29 de agosto de 1915 hasta sus últimos días de vida. El 29 de agosto (su cumpleaños) del año 1982 en Londres, Reino Unido Bergman apagó las luces del set que habitó durante 67 años.

 A los 15 años, Ingrid fue extra de cine, tiempo después sería nominada y galardonada por los premios más cotizados como el Festival Internacional de Cine de Venecia; Globo de oro; Premios Emmy; Premios Tony; Asociación de Críticos Norteamericanos (NBR); Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la Televisión (BAFTA); Premios César (La Academia de Cine Francés); Los Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York (NYFCC), Premios Óscar, y declarada persona non-grata en Estados Unidos.  

El exilio de una mujer de carrera sólida, con vocación y talento no iba a detenerla. Ejercía la actuación desde la niñez, como un simple juego y sin saberlo se adentraba en un universo de imaginación en donde se permitía crear a sus propios personajes. Ingrid aseguraba sentir una gran satisfacción al actuar, era más felicidad que nervios, el trabajo era para ella recibir un pago a cambio de divertirse. 

-En Hollywood todo era fácil- decía Bergman; siempre obtenía lo que quería y ella buscaba proyectos con mayor dificultad y lo consiguió en Italia, el destino de su escandaloso destierro. Ingrid no se dejó manipular por la gran industria, y optó por mantener sus facciones al natural. La presencia ante la cámara de la tres veces ganadora al Oscar era suficiente para la pantalla, pero no para ella.

La aparición de la actriz en la gran pantalla se caracteriza por una mirada anclada, fija en algún punto del espacio, que atrapa y nos hace entrar con ella en la ficción; una voz con un color muy fácil de reconocer y un acento sueco que renunciaba a lo neutral; un perfil izquierdo inconfundible; cabello corto y actitud determinada y radiante, estilo que las mujeres de la época no tardarían en adoptar. 

El público de los años 50 ‘s creía conocer a Ingrid, pero no separar al artista del personaje y encasillarla en sus interpretaciones tuvo consecuencias. La presión social por un escándalo en la vida privada de Bergman le consiguió ser catalogada como persona no grata del país que tanto la adoraba por su belleza única, por su talento nato y grandes éxitos en Hollywood, excepto cuando sus decisiones incomodaban por dar una imagen de rebeldía, la gente se sentía engañada porque los hizo creer ser alguien más cuando actuaba.    

Madre de tres hijas y un hijo y además políglota; la primera mujer ganadora de un Tony, trabajó en filmes como Intermezzo (1939), Casablanca (1942), La luz que agoniza (1944), Cuéntame tu vida (1945), Juana de Arco (1948), Anastasia (1956), Asesinato en el Expreso de Oriente (1974), Sonata de Otoño (1978), Hedda Gabler (1963), Una mujer llamada Golda (1982), por mencionar algunos éxitos; un ícono del cine que, apesar de tener cáncer de mama, siguió trabajando en su interpretación de su último papel Golda Meir en 1982

Ingrid Bergman abandonó la escuela cuando fue aceptada en The Royal Dramatic Theater y el resto es historia. Proyectó un carácter tenaz, una sonrisa honesta que el día de hoy 29 de agosto de 2020, a 38 años de su fallecimiento, se conmemora por lo que queda vivo, por un legado y el prestigio de una actriz que se encuentra reflejado en su trabajo que por fortuna está al alcance digital.