Salvaje, sucio, sudoroso y furioso. Iggy Pop es una de las criaturas más excéntricas que han logrado sobrevivir al monstruo del rock and roll.

El padrino del punk ha tenido que cambiar de piel en distintas ocasiones para adaptarse a las distintas épocas. Con The Stooges rompió la industria musical, Fun House y Raw Power le volaron la cabeza a Jack White, al elenco de Trainspotting y la mitad de los jóvenes británicos de los años setenta.

Escuchar ‘Search and Destroy’ -primer track del Raw Power– es uno de los actos más libres y rebeldes que nos ha dado la música contemporánea: “Look out honey, ‘cause I’m using technology. Ain’t got time to make no apology”.

Como solista, Iggy abarcó más de tres décadas y dejó a su paso monumentos del grito, el guitarrazo y el escupitajo musical. La energía tenebrosa de Lust for Life, el tecno industrial de The Idiot y el aire “popero” de Brick and Brick, son sonidos para la estantería de la historia.

Junto con David Bowie y Lou Reed, Iggy Pop completó el trío de los poetas malditos del rock setentero, aquellos músicos que odiaron el “verano del amor” y encontraron en la decadencia y cabaret alemán, un espacio ideal para componer sus sinfonías góticas.

Muchos piensan que Iggy ha alargado de más su carrera. Aceptémoslo, su look y su personaje se han convertido en una parodia de sí mismo. La piel de la iguana, antes brillante, se ha transformado en un cuero seco y opaco.

Sí, debemos reconocer que el pionero del punk no ha envejecido con dignidad, sin embargo, la vida le ha dado un último suspiro. Su mancuerna con Josh Homme -Queens of the Stone Age-, nos regaló uno de los mejores discos del 2017. Post Pop Depression es un álbum maduro, rockero e inteligente; me atrevo a decir que es uno de los mejores de la carrera del cantante.

Así es Iggy Pop, una bestia que se rehúsa a la extinción, un ente que se alimenta del aplauso y el alarido. No encuentro mejor manera de describir a la iguana que citando la película Fear and Loathing in Las Vegas: “There he goes. One of God’s own prototypes. A high-powered mutant of some kind never even considered for mass production. Too weird to live, and too rare to die”.