Mucho me tomaría exponer, con notable idolatría, la prosapia con la que Michel Foucault plasmó de forma única, a través de distintas obras, su modo crítico de ver la realidad. Además, es trivial que su pensamiento forma parte de las enseñanzas en las aulas, basta con decir que en 2007, según The Times Higher Education Guide, fue el autor más citado dentro del gremio de las humanidades. Por tanto, me dedicaré a honrar su nacimiento relatando una época que lo marcó en sus primeros años.

Paul-Michel Foucault nació un mismo 15 de octubre, pero de 1926 en Poitiers, Francia. Fue hijo de un cirujano, y como era habitual en ese entonces, su padre esperaba que heredase la profesión con dignidad y compromiso, no obstante, esa moción fue perdiendo terreno, al igual que el país galo, ya que durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad natal del filósofo cayó a manos de los alemanes.

Tras el difícil suceso, Foucault se vio obligado a cambiar de escuela. Se trasladó del colegio Jesuita Saint-Stanislaus, a la École Normale Supériure. En su primer facultad había mostrado un desempeño encomiable, era de extrañarse, puesto que en sus grados anteriores no mostraba destello alguno de virtuosismo. Después de mudarse, una situación complicada lo marcó de por vida y determinaría su rumbo futuro.

El filósofo fue abatido por una depresión aguda, a tal grado de intentar el suicidio varias veces. Foucault se concebía con una orientación homosexual, esto le provocó mucha angustia, ya que, décadas atrás, la homofobia era otro ejército, numeroso e intolerante, y era capaz de cualquier cosa para mantener su régimen conservador.

Finalmente el escritor fue llevado al psiquiatra para tratar su depresión. Ese momento fue clave, ya que lo orientó a estudiar psicología en un principio, y después filosofía. A partir de ahí, se convertiría en el implacable pensador que perdura hasta hoy día.

¿Qué sucedería si Foucault no hubiera llegado al psiquiatra? Hay ocasiones, en que los hechos más negativos son el primer paso que nos lleva a un nuevo descubrimiento; un hallazgo que decidimos cargarlo y complementarlo con lo que éramos en el pasado para construir un nuevo personaje, más fuerte, revolucionado, con mayor decisión.

Si la visita al psiquiatra jamás hubiera ocurrido, ni la invasión de los alemanes, el desarrollo de sus ideas respecto a las instituciones clínicas sería distinto, su desarrollo intelectual y sus influencias cambiarían radicalmente. ¡¡momentos exactos en tiempos precisos!! Ocurren cada instante, y crean historias que no ocurren ni en la literatura. Foucault, fue un ejemplo de ello.