Para los verdaderos fanáticos, las décadas de los 60, 70 y 80, fueron años que fungieron como el apogeo y la época dorada del rock, dando infinidad de estilos, modas, géneros, innovaciones instrumentales, y un sinfín de genios musicales que marcaron para siempre la vida de miles de personas a lo largo de dos continentes. Realmente no existe forma de hablar del rock & roll sin mencionar a bandas tan icónicas como lo fue Led Zeppelin y su presencia durante las 3 eras del rock.

La agrupación británica destacó desde sus primeros sonidos en el 1968, llamando la atención por sus canciones revolucionarias y volviéndose todo un emblema musical para una generación que buscaba romper esquemas. Pero no fue hasta el 75, que marcaría un antes y un después, no solo en la carrera de Jimmy Page y su banda, sino en la industria musical. 

Led Zeppelin lanzaba siete años después de sus inicios, Physical Graffiti, un álbum ambicioso para la banda, pues de 8 canciones originales se terminaron grabando 15 melodías que conforman un álbum doble al mismísimo estilo de Bob Dylan.

La famosa obra cuenta con casi 90 minutos de pura música en donde se pueden apreciar transiciones que van desde el rock & roll hasta sonidos experimentales muy típicos de la onda progresiva. Además de traer estilos y sonidos muy característicos del cuarteto en sus primeros trabajos durante los años 68 y 69.

En lo personal, aunque muchas personas argumentan que la esencia de Jimmy Page, John Paul, Robert Plant y John Bonham consistía en electrificar el blues, para mí es una banda que marcó tendencias dentro de la industria musical de tres eras, y si he de elegir una canción de ese maravilloso y novedoso álbum es Houses of the Holy ocupando el lugar número 4 dentro de la obra.