Monsiváis, el intérprete de la vida popular
Para mí la muerte es la sensación de la lectura, de las películas, del té, de la conversación telefónica y de la posibilidad de despertarme temprano para leer gozosa y golosamente los periódicos. La muerte es el fin del hedonismo que me permito.
Carlos Monsiváis.
Hoy se cumple una década sin Carlos Monsiváis. Nos falta la narración meticulosa, pintoresca, humorística y crítica de la realidad mexicana que retrataba, puntualmente, tanto lo bueno como lo malo de la vida en la Ciudad de México. Los matices de una metrópoli que avanza y cambia a cada segundo pudieron ser captados en su totalidad por los ojos, sensaciones y sentimientos de Monsiváis, quien traducía lo percibido en crónicas y ensayos que estaban al alcance de cualquier persona. “La crónica es descripción y es invención del mundo.”
¿Quién fue Carlos Monsiváis?
Carlos Pascual Monsiváis Aceves, “Monsi” para los amigos, fue amante del cine, la poesía, la música, los libros, la caricatura y de las llamadas telefónicas. Desde pequeño le gustaba ver la vida a través de la ventana de su casa ubicada en la colonia Portales. Crítico y reflexivo de la cultura popular mexicana. El periodismo fue la herramienta que le permitió expresarse y llegar a las masas populares, quienes lo querían y admiraban por la cercanía y empatía que había entre ellos.
Alfonso Castañon, narrador, ensayista y poeta mexicano describe así a Monsiváis:
“Él es legión, cronista, museógrafo, lector de la biblia (la de Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina), lector de los periódicos, de Dickens (su tocayo) y de Baudelaire (su otro tocayo); luchador social, novelista de la comedia mexicana, abogado de los derechos humanos, sastre y stripteaser de las pulgas intelectuales y políticas de México, crítico de la telenovela nacional, abogado de la diferencia; ailurofilo, es decir, amante, como Juan Soriano y Octavio Paz, de los gatos; coleccionista de divas y divos, noctámbulo, historiador perdurable de lo fugitivo […] El psicoterapeuta del alma nacional todavía martirizada por el trauma del nacimiento, el invitado de hiedra”.
Reencontrar a Monsiváis
A Monsiváis le gustaba escribir sobre cultura, cine, movimientos sociales, personajes históricos populares y, en especial, acerca de la política nacional. Para él era lo mismo ver una telenovela que informarse acerca de los eventos y acontecimientos políticos del país. Se sabe que era un hombre muy bien informado por su naturaleza de lector asiduo.
También es recordado por ser coleccionista de fotografías, caricaturas, grabados, pinturas y estampas. A lo largo de 30 años logró juntar más de 20 mil objetos que terminaron formando parte del Museo del Estanquillo en la exposición “Los rituales de Carlos” Homenaje a Monsiváis y sus manías. Actualmente, la urna con las cenizas del cronista mexicano se encuentra también en este museo, en “La Sala de Lectura”, inaugurada en junio de 2011.
El conjunto de su obra literaria suma más de 90 libros de distintos géneros: crónica, ensayo, biografía, literatura, antologías, colectivos, traducciones y colaboraciones. Recomendamos 10 de sus libros para que perdure el recuerdo del mejor observador de la realidad mexicana.
- Días de guardar (1970)
- Amor perdido (1976)
- Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se organiza (1987)
- Por mi madre bohemios (1993)
- Los mil y un velorios. Crónica de la nota roja (1994)
- Los rituales del caos (1995)
- Cultura popular mexicana (1995)
- No sin nosotros: los días del terremoto 1985-2005 (2005)
- Apocalipstick (2009)
- Democracia, primera llamada. El movimiento estudiantil de 1968 (2010)
Si nadie te garantiza el mañana el hoy se vuelve inmenso. Carlos Monsiváis.