Octavio Paz es una figura universal dentro de la literatura que no necesita presentación, pues con sólo oír su nombre, tenemos claro el referente del autor junto con su célebre obra poética y ensayística que, orgullosamente, forma parte del Patrimonio Cultural de nuestro país.

Dado que nunca serán suficientes los espacios dedicados a conmemorar al gran poeta mexicano, a 21 años de su descenso, aprovechamos la ocasión para indagar en sus primeros acercamientos literarios e ideológicos que influyeron su trayectoria.

Octavio Paz resaltaba la influencia que había tenido por parte de su abuelo, el escritor Irineo Paz, en su inducción a la lectura. En los pasajes biográficos del autor se menciona la privilegiada biblioteca familiar a la que tuvo acceso; fue criado en torno a la palabra escrita, teniendo, en sus precoces lecturas, los textos de Francisco de Quevedo.

En la casa de Mixcoac en donde creció, también convivió con su tía Amalia Paz, apasionada a la novela y a la poesía francesa, que también fungió como traductora. Ciertamente el contacto con la lectura fue constante, así como el que tuvo con la política y los movimientos sociales.

La constante inestabilidad del país posterior a la revolución mexicana brindó a Octavio Paz oportunidad para sumarse al activismo político dentro de los movimientos populares. Mientras estudiaba en Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso, adquirió el interés por la militancia en  frentes de izquierda.

Su participación política no sólo se desarrolló en México, también lo hizo durante la guerra civil española, en la que apoyó al bando republicano y de donde toma inspiración para escribir el poema No pasarán, dedicado a los soldados que lucharon en las trincheras.

Encontró en la literatura un medio para reflexionar sobre los malestares que aquejaban a la sociedad, al abogar en contra de la marginación de las comunidades indígenas. Además de analizar el contexto de la mexicanidad incluso en escritos anteriores a la publicación de El laberinto de la soledad en 1950.  Octavio Paz tuvo una voz única en la que incorporó la estética poética con la firmeza de sus ideas tendientes a la transformación del pensamiento hacia la justicia social.

Foto: CONACULTA