Hoy, en su aniversario luctuoso número 27, remembramos el quehacer artístico de Rufino Tamayo, logrado con vasto reconocimiento nacional e internacional y que le hace ser considerado una de las figuras más representativas de la pintura mexicana del siglo XX.

A pesar de ser contemporáneo de los grandes muralistas: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, Tamayo desarrolló un estilo que dista de seguir la misma línea de los renombrados artistas, quienes sostenían que el arte debía plasmar los ideales revolucionarios. En su lugar, expresó su visión de la mexicanidad en un sentido humanista, alejado de una posición política, aspecto por el que su trabajo fue criticado en ese entonces.

Existen dos aspectos que marcan la producción pictográfica de Rufino Tamayo: siendo muy joven trabajó en un negocio de frutas en el mercado de la merced, estar ahí le permitió apreciar las formas, colores y tonalidades que posteriormente caracterizarían su obra. Este es el origen de los incontables cuadros dedicados a las sandías, que se convirtieron en su emblema personal.

Sandías

Por otro lado, el pintor oaxaqueño buscó, principalmente, mantener presentes sus raíces zapotecas. Se introdujo en el arte precolombino luego de trabajar como dibujante en el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía; a partir de ese momento, realizó sus prolíficas representaciones humanas influenciadas por el aspecto de las figuras prehispánicas.

Sin embargo, el estilo de Tamayo tiene fuerte influencia de corrientes artísticas europeas como el surrealismo, cubismo y modernismo. En 1926 se trasladó a Nueva York acompañado de su amigo el músico Carlos Chávez, para abrirse camino en el extranjero. Durante su estancia estudió el trabajo de artistas como Cézanne y Pablo Picasso, de quienes retomó elementos para después incluirlos en su obra de manera personalizada.

De lo anterior resultó un giro peculiar, el empleo de las técnicas vanguardistas provenientes de Europa para plasmar imágenes propias de la cultura mexicana como son sus diversas naturalezas muertas, Dualidad, Animales o El hombre ante el injfinito. Su obra se caracteriza por ser preponderantemente abstracta, Tamayo se enfocó en la pintura de caballete más que en el muralismo.

Dualidad

Realizó numerosas exposiciones en centros culturales importantes y galerías exclusivas en Francia, Italia e Inglaterra. Fue el primer pintor mexicano que vio adquirido uno de sus cuadros por el Musem of Modern Art (MoMA). También participó en la Bienal de Venecia en 1950 junto a los tres grandes muralistas.

Creó el Museo de Arte Prehispánico de México en 1973 en Oaxaca, su ciudad natal. Y en 1981 inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, al cual donó trescientas obras de arte moderno y contemporáneo.

Rufino Tamayo supo forjar un estilo personalizado, que logró trascender a pesar de salir de lo establecido en la pintura tradicional mexicana; su producción pictórica novedosa y propositiva tiene un carácter único que evolucionó a lo largo de todo un siglo. El pintor murió a los 91 años el 24 de junio de 1991.

Museo de Arte Prehispánico de Mexico Rufino Tamayo

Dato curioso: Audrey Hepburn tiene un un retrato pintado por Rufino Tamayo, además de haberle comprado directamente al pintor Sandías y naranja, cuadro que formó parte de la colección personal de la actriz.