El 9 de agosto, se cumplen 59 años de la trágica muerte de Sharon Tate, una de las actrices de Hollywood más recordadas, y no específicamente por su carrera cinematográfica en ascenso, sino por el legado judicial que generó después de su asesinato. 

Sharon Marie Tate nació el 24 de enero de 1943 en Dallas, Estados Unidos. Pese a su personalidad tímida y actitud distante, Sharon resaltó por su belleza física, motivo por el cual participó en varios concursos de belleza antes de comenzar en el mundo actoral. 

En una de sus numerosas mudanzas debido al trabajo de su padre Paul James Tate (quien era coronel del Ejército de los Estados Unidos), Sharon participó junto a algunos amigos como extras en la película Las aventuras de un hombre joven (1962). En el rodaje salió sentimentalmente con Richard Beymer y éste la animó a continuar con su camino por el cine. Después de algunos papeles como extra en películas y obtener personajes incidentales con apreciable nivel cómico en series de televisión, la carrera de Tate empezó a proliferar. 

Aunque los productores al principio desconfiaron de su capacidad como actriz debido a su personalidad y falta de experiencia, pronto se ganó oportunidades para hacer castings hasta que Ojo del diablo (1966) de J. Lee Thompson la dio a conocer mundialmente. 

Para 1967, el productor Martin Ransohoff, quien había sido una de los ejecutivos que impulsó su carrera, le facilitó un casting para El baile de los vampiros (1967), la cual fue dirigida por Roman Polanski. Tate se impuso por encima de Jill St. John por saber italiano y no sólo eso, ya que durante el rodaje y el estreno, Tate comenzó un romance con el director polaco. 

Luego de varias películas más como ¿Cuál de las trece? (1969) donde compartió créditos con Orson Welles Vittorio Gassman y Vittorio De Sica; Las demoledoras (1969), donde se hizo gran amiga de Bruce Lee; e incluso un pequeño cameo sin acreditar en El bebé de Rosemary (1968), Sharon Tate, quien esperaba un bebé, fue asesinada a la edad de 26 años por miembros de “La familia”, secta liderada por el criminal Charles Manson.

Pese al trágico suceso, la única explicación que se dio como causa del asesinato de ella y otras cinco personas que se acompañaban esa noche en el 10050 de Cielo Drive, Beverly Hills, era por la contracultura de la época que atentaba contra la industrialización (en este caso cinematográfica), la tergiversada idea del hedonismo y el abuso de estupefacientes.

A partir de su deceso, la carrera truncada de la actriz fue revalorada, pero no sólo eso, ya que durante los siguientes treinta años, su madre Doris Tate y su hermana Patti, al ver que el sistema penal fallaba a favor de los responsables de la muerte de Sharon y de otras personas, se esforzaron en reestructurar, mediante campañas, firmas y juntas, los derechos de las víctimas y las medidas sobre la libertad condicional. 

Ambas contribuyeron en la fundación de la Doris Tate Crime Victims Bureau, una organización sin fines de lucro dedicada a proponer lineamientos en la legislación norteamericana, así como a darles protección a víctimas de delitos graves, acciones que hasta la fecha siguen vigentes. Materiales que complementan para conocer más la historia de Sharon Tate son Sharon Tate and the Manson Murders (2000) biografía escrita por Greg King; Once Upon a Time in Hollywood (2019) de Quentin Tarantino; y el libro Chaos: Charles Manson, the CIA, and the Secret History of the Sixities del periodista Tom O’Neill.