Homenaje a Jack Kerouac

En 1969 Estados Unidos cumplía una meta más, conquistar la luna. Pero aquí en la Tierra el escritor y poeta Jack Kerouac —que había convertido en un libro su viaje por las carreteras— se estaba apagando, falleció el 21 de octubre. Con tan solo 47 años Jack comenzó una nueva historia que esta vez no podrá relatarnos, víctima de una hemorragia por los excesos con el alcohol.

Hijo de padres francocanadienses, Kerouac —aprendió a hablar primero francés que inglés— logró dejar una marca en la literatura por sus historias tan alejadas de la pretensión y tan cercana a las personas ansiosas de vivir en un mundo lejano a la realidad de la postguerra. Tuvo una vida lejos de las riquezas materiales y también un acercamiento al fútbol americano, una persona promedio que dejo un legado para la eternidad. 

On the Road —Publicado en 1957— es el libro más conocido de Jack— es un relato de 3 viajes por carretera — el último de ellos finaliza en la Ciudad de México— aquí cuenta las aventuras de 7 años, las experiencias con las drogas, el alcohol y el acercamiento a las personas que cambiaron su vida aquellos quienes se volvieron sus amigos. Un libro que escribió en 3 semanas y que fue escrito en un rollo de papel a modo de pergamino. No quería cambiar de hojas para no perder las ideas. Este libro junto con Howl —de Allen Ginsberg publicado en 1955— y Naked Lunch —publicado en 1959 y escrito por William S. Burroughs— son el mayor referente de la generación beat. 

Una generación que estuvo marcada por la segunda guerra mundial, por la propaganda nacionalista y el tío Sam que los invitaba a formar parte del ejército. Jóvenes que llegaron al hartazgo del sueño americano, que buscaban la manera de crear sus propias reglas y formar una contracultura donde la literatura fuera un producto que podían consumir todas las personas. Y de esto Jack escribiría años más tarde en su libro La filosofía de la cultura beat y otros escritos donde narra lo que vivió en los años 50’s.

Kerouac ha tenido detractores que lo critican fuertemente, pero pece a esto ha logrado convertirse en un autor que sobrevive a los años y su obra ha envejecido con gracia. Sigue siendo un goce leer sus textos. A 53 años de su partida agradecemos el legado que nos dejo y me gustaría cerrar con esta cita: 

“La única gente que me interesa conocer es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza, ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas”.