Salvador Rodríguez Cruz regresa al cuadrilátero literario con su segunda obra que, al igual que Olvidemos el circo, maroma y teatro, tiene como eje conductor al deporte mexicano por excelencia: la Lucha Libre. Editado por Gato Blanco y publicado este 2023 Escenas inéditas de un aficionado al pancracio se aleja de los tintes periodísticos que corren por las venas del actor y se decanta por una antología de cuentos cuyos protagonistas son luchadores y luchadoras del pancracio que se quitan la máscara para mostrar su profundidad como personajes de historias que deambulan entre la fantasía, el melodrama, la comedia romántica y el drama.

Si bien, el eje temático de la obra parte de la lucha libre, ésta es solo un pretexto del autor para adentrar al lector en cuentos donde las relaciones sociales son el punto medular. El conflicto se desborda del ring y se interna en la amplia gamas de personajes que presenta Salvador Rodríguez y que van desde el luchador retirado, pasando por luchadoras de fama internacional e internándose en relaciones amorosas complejas hasta llegar a un drama teatral con tonos shakesperianos.

Los diez cuentos que conforman Escenas inéditas de un aficionado al pancracio tienen algo más en común que este deporte como punto de partida, es la lucha constante de esos personajes que, cuando se quitan la máscara y los ecos extasiados del público se sofocan, muestran lo que realmente son, personas comunes en busca del amor, la unión familiar, el honor, la fama e, incluso, un perro pug. 

Con un estilo sencillo y directo, libre de adornos innecesarios, el autor logra elucubrar cuentos con los que el lector se puede relacionar fácilmente, los objetivos mundanos de los personajes generan empatía inmediata con ellos y el interés de acompañarlos hasta el final de unas tramas en las que la lucha libre se cuela para dotar de colorido, acción y suspenso a la obra. 

Es interesante la construcción de personajes que realiza el autor, pues en pocas páginas logra delinear protagonistas con mucha profundidad e historias de fondo que dotan de fuerza a los cuentos y permiten la identificación con ellos. Otro punto para resaltar son los recursos sinestésicos de los que se vale el autor para redondear su obra, en especial la música. La melomanía de Salvador Rodríguez se delata en esta antología al incluir el nombre de canciones de conocimiento popular con las que contextualiza y ameniza las tramas de los cuentos que, así, crean su propia banda sonora.

Escenas inéditas de un aficionado al pancracio goza de descripciones dinámicas e interesantes de las peleas que se celebran en cuadriláteros clandestinos, donde cada movimiento está planeado y cada golpe es padecido tanto por los protagonistas como por el lector. Aquel que no está relacionado con los tecnicismos luchísticos no se ve exiliado de esta obra, ya que el autor logra un perfecto equilibro en su narrativa para presentar batallas que conmocionan tanto a aficionados de la lucha como a erráticos de este deporte. 

Esta antología de cuentos logra una perfecta alegoría de la vida a través de la lucha libre. El autor evidencia que la lucha real, la más dura e importante no se da en el ring, sino en la vida diaria donde personas de rostros reales se enfrentan a llaves que les imponen las vicisitudes diarias, a sueños con riesgos de perecer en la lona y a caídas más dolorosas que las de la tercera cuerda. Escenas inéditas de un aficionado al pancracio es un libro extraordinario construido con personas ordinarias que cuando se ponen una máscara desconocen los límites.