Hace siete años que la cantante y compositora mexicana, Natalia Lafourcade no presentaba material musical compuesto e interpretado por ella. No fue hasta el pasado 28 de octubre de este año, que se lanzó su álbum “De todas las flores”.

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El material se encuentra compuesto por 12 canciones. En este álbum, se puede apreciar a la cantautora en una faceta profunda, misteriosa, elegante, incluso, un tanto sombría, ya que, toca temas como el amor, la pérdida, el dolor, y la muerte. 

Con canciones como “Vine solita”, y “Todas las flores” que es la representativa al darle nombre al álbum, se perciben letras sobre el amor maduro, así como la pérdida de ese amor, y la nostalgia. Un reflejo del crecimiento de la cantautora.

Los sonidos que se hacen presentes en cada canción son armónicos, pero también hay una serie de elementos sonoros experimentales, como las voces, el piano y las percusiones en la canción “Llévame viento”.

En esta ocasión la veracruzana abandona el pop juvenil así como los sonidos mexicanos que incluyó en sus últimos discos,  para optar por un estilo más elegante con toques jazzísticos pero sumamente íntimos. 

Como en ocasiones anteriores, sale a relucir la esencia natural y auténtica la cantante por el amor y respeto a su país, a su tierra, y a la vida misma, con todo lo que implica: sentir amor, dolor, momentos de dicha, libertad, perdón, pérdida y muerte, pero ahora, desde una perspectiva más madura, llena de aprendizaje y sabiduría. 

Esto a diferencia de sus trabajos anteriores como “Hasta la raíz” o incluso en sus inicios en las que retrata la vida y el amor desde una perspectiva más juvenil.

“De todas las flores” es producido por Adan Jodorowsky y se encuentra disponible en plataformas digitales.