Hace unos años, la cantante Dua Lipa, mencionaba que siempre había querido colaborar con Kevin Parker de Tame Impala. Pues qué mejor manera de hacerlo que siendo él uno de los productores de su próximo álbum, Radical Optimism.

Y es que la cantante lo tenía bastante claro. Su próximo lanzamiento iba a ser una tarea nada sencilla, pues el éxito que tuvo “Future Nostalgia” era algo muy difícil de replicar. No tanto por su calidad, es bastante bueno, pero aún puede ser mejorable. Sin embargo, el impacto cultural y de recepción fue abrumador. Digamos que la pandemia le sirvió de mucho, pues no hubo lanzamientos fuertes que le hicieran competencia, tal vez “The New Abnormal” de The Strokes, pero salvando las distancia entre un lanzamiento y otro, lo de la cantante británica fue su punto álgido en su carrera. 

Opta por tirar todo a la toalla. Kevin Parker y Danny L. como los arquitectos del esperado regreso. Y por si fuera poco, inspirarse en la música de los años 70´s, algo que el artista detrás de Tame Impala tiene bastante presente. Solo que, en esta ocasión, sería sin gran carga lisérgica, ni teniendo como punto de eje a bandas como Pink Floyd o Led Zeppelin. Ahora, los cimientos serían del funk y disco de aquella época, pues estamos ante una producción enteramente popera, donde no hay cabida para canciones de 7 minutos con progresiones melancólicas, como le gusta al australiano. 

Todo debe ser movido, bailable, tal vez sus tintes lisérgicos pop, a lo “Currents”, lo cual puede embonar perfectamente en el estilo de la cantante. Por ende, las piezas de rompecabezas estaban presentes para crear un rotundo éxito.

Éxito que se está logrando poco a poco. “Houdini” sonando en todas las estaciones de radio y discotecas del mundo, pues es una canción con muchas vibras funk y retro, como lo mejor de Kylie Minogue

Pero, en la recepción no está siendo como uno imaginaba, lejos de ese boom que supuso su predecesor. Pero, muchos están de acuerdo que parte de esa decepción, no es porque su disco anterior fuese bueno. Más bien, esa sensación radica en lo mejor que pudo ser el disco, por todo el potencial que tenía. 

Y es que, cuando escuchas la primera canción “End o fan era”, el hype se eleva a niveles estratoféricos. Todo el dance-pop, neopsicodelia y eletropop está ahí. Así como con la mencionada Houdini”, tienes dos canciones brillantes, que esperas la misma identidad en el resto del trabajo. 

Y he ahí el otro fallo, la letra. Tal vez el principal error de la de Kosovo. No haber contando con los mismos escritores que en “Future Nostalgia”. Recordemos que Dua Lipa no es solo aquella mujer delgada con una increíble voz, es un conglomerado, pues ella no produce su música ni escribe sola sus canciones. 

No podemos pasar por alto esas canciones del disco con letra melosa y hasta cierto punto ridícula, como en “Watcha doing” o “French Exit”, empleando término como red flag, etc. La madurez que una vez alcanzó parece haberse desvanecido progresivamente. 

Pese a todo, el álbum no deja de ser algo fresco. La neopsicodelia está presente, no como uno esperaría, pero la hay. Nuevamente, la prueba está en sus primeras canciones, con unos sintetizadores que por unos momentos te hacen pasar a otro plano y viajar en un mar de nubes. 

Lo importante, es que Dua Lipa de a poco se está convirtiendo en una cantante con un sello particular, reconocemos cuando se trata de ella. Y le ha servido bastante sacar álbumes rememorando épocas, haciendo lo que a ella le gusta. Ya no tiene nada que demostrar con menos de 30 años. Y, la verdad embona muy bien su estilo con toda esta parafernalia house, psicodelia y neopop que podría explotar aún más en el futuro, si ella se propone a hacer algo fuera de los esquemas convencionales del pop.