Uno de los grupos latinos más reconocidos y celebrados de la actualidad, sin lugar a duda es The Marías. Por lo alérgico que son por estilo a la mayoría de las banda o artistas musicales latinos que marcan tendencias.

Con tan solo un álbum realizado, la banda encabezada por María Zardoya estuvo a punto de disolverse tras la ruptura de la cantante con el otro miembro de la banda, Josh Conway. Porque parece que los núcleos musicales no aprenden de lo sucedido con Fleetwood Mac o Cocteau Twins y tienen relaciones entre ellos.

Sin embargo, lograron transformar todos esos sentimientos desaforados en música, y en un segundo LP, con todo y la terapia grupal a la que se sometieron. Parece haber tenido sus frutos. 

Tomando en cuenta que “Cinema”, su primer LP, fue un rotundo éxito, incluso nominado a los Grammys, ciertas presiones ahora se disiparon al encontrar un sonido que refleja mejor el estilo del conjunto. 

La experiencia inmersiva en la que te sumerge es única. Por definirlo de una manera, ahondan en el dream pop, pero menos experimental y más cercano a lo pop. De esas canciones del género que son condescendientes con su público y perfectamente podrían sonar en la radio. 

Navegamos también en tintes funk y elementos tropicales que reflejan la cercanía de la producción no solamente con el origen de la banda (Puerto Rico), también a la propia melancolía que evoca el mar, y a su vez es divertido. 

Su portada es signo de ellos, totalmente azul y con María Zardoya sumergida, mostrando el ambiente acuático en el que nos adentraremos, insipirada en el arte de la película “Three colors: Blue” de Krzysztof Kieslowski. Incluso su primera canción, “Ride es una señal de advertencia: “Careful while you´re cruising, gonna be a ride, introducing submarine”. Con 1 minuto de duración nos brinda los principales elementos que se repetirán a lo largo del álbum, los arreglos oníricos y la voz templada de María, todo el disco suena a una fusión entre Men I Trust con Yumi Zouma

Con “Hamptons” es cuando la experiencia comienza a flote, las letras de desamor se manifiestan: “Leaving without laughing, while I wait for your reply, but it´s never gonna come”. Con instrumentales suaves y a su vez, veraniego. 

El agua, el elemento perfecto para enmarcar la soledad de la cantante, pues aporta esa imposibilidad de comunicarse con el otro, forzando a vivir en tu propio interior. Al igual que con el desamor, relatado en las canciones “Echo” y “Run your mouth”. 

La tercia de canciones “Real Life”, “Blur” y “Paranoia” son probablemente las mejores realizadas, que engloban a la perfección la experiencia etérea y de funk psicodélico. Los bajos tienen más presencia, y las capas sintetizadoras son cada vez más hipnóticas, “Real Life” con su sintetizador en loop al final, “Echo” y el saxofón de fondo, y “Paranoia” que habla sobre la sensación por la que se atraviesa cuando hay inseguridad entre uno y otro, terminando con una bomba de sintetizadores para armonizar la propia impotencia.

Algunas canciones son interpretadas en español, siendo “Lejos de ti”, una balada que es demasiado olvidable. Pese a que todo el disco tiene una lírica directa, utilizan metáforas interesantes, y en esta canción, apenas y hay. Optando por lo más rebuscado a la hora de hablar de amor no correspondido. Un punto bajo considerando lo grandiosas que fueron las tres predecesoras. 

Ay no puedo” viene siendo más de lo mismo. Empero, “Love you anyways” y “Vicious sensitive robot” retoman lo major del disco, y no es coincidencia que, con estas dos canciones, retoman las esencias dream pop por las que se adentraron a lo largo del LP. 

Tras las canciones “No one noticed”, “If Only”, las cuales continúan con esa introspección de María ante una ruptura, llega “Sienna”, el cierre de este álbum, momento en el cuál, el oleaje de emociones comienza a disiparse poco a poco, abres los ojos y deviene esa extraña sensación de haber disfrutado las heridas que deja una ruptura. 

Con la salida de “Submarine”, The Marías se embarcaron en un tour, el cuál comenzó en México el pasado junio.