Entrevista con Guillermo Guerrero
“Todas las cosas que teníamos antes las atesorábamos mucho, si los Reyes (Magos) nos traían un juguete nos duraba tres años. Con el Tratado de Libre Comercio nos empezamos a llenar de objetos y esa añoranza por tener cosas nunca se nos fue”.
El escritor Guillermo Guerrero habló con Bogart Magazine de su más reciente libro, Soy Retro Porque, un compilado de memorabilia de los años ochenta que almacena recuerdos a través de momentos, objetos, marcas, música, televisión y personajes que reviven los recuerdos.
La historia de la cultura pop
Soy Retro Porque es ante todo un libro histórico (desde el punto de vista más divertido), ya que recolecta una cantidad de información increíble que contextualiza un tiempo y una forma de consumir. A diferencia de cualquier historiador, el proceso de investigación de Guerrero fue más creativo y sin duda emocionante: “Tuve la suerte de hacer este libro con mi amigo Luis Sopelana, nos conocemos desde hace mucho tiempo y de repente nos dimos cuenta que teníamos un montón de datos en la cabeza y un día dijimos tenemos que escribir esto porque si no se va perder”.
Para Sopelana y Guerrero, el proceso de investigación tuvo su origen en las charlas sobre los viejos tiempos, esto sin duda se percibe en un libro que no es solemne con su información, la deja fluir como una plática de amigos.
“De lunes a viernes decidíamos qué temas tocaríamos, esta semana vamos a hablar de parejas de los ochenta y entonces todo el sábado de siete de la mañana a doce de la noche escribía mientras Luis diseñaba, fue un proceso muy relajado, pocos procesos creativos pueden ser tan satisfactorios como este”.
La literatura interactiva
Didáctico, participativo y desafiante; el libro de Guillermo Guerrero representa a la perfección la nueva literatura de nuestro siglo, una literatura que trata de involucrar cada vez más a los lectores en la construcción del hilo narrativo. A través de juegos, preguntas y acertijos; Guerrero le pide a la audiencia que se meta cada vez más en su memoria, la experiencia sin duda es inmersiva y retadora, digna de un juego de Atari.
“En EL Gran Libro de la Caca pusimos a prueba al lector para que nos contara su historia, quisimos repetir esta parte social para que la gente también recordara por su parte y haciendo referencias a ciertos programas como El Juego de la Oca o Maratón, les dimos la oportunidad de jugar en el libro”.
El geek de la nostalgia
Cuando le dijimos a Guillermo que su libro era muy “clavado” y “geek” en sus referencias, el escritor nos contestó sorprendido: “Vaya, nunca me había visto como un geek (ríe)”. Soy Retro Porque es una literatura que se apasiona por su tema y lo lleva a sus extremos, la cantidad de referencias y datos que nos proporciona lo convierte en una guía esencial de la cultura pop mexicana de la década de Mecano.
En esta lógica, pensamos que el libro sólo podría ser consumido por personas entradas en sus treintas o cuarentas, no podíamos estar más equivocados: “Tuvimos una buena experiencia en una expo de Querétaro donde van muchos adolescentes, estos chicos eran acompañados por sus padres. Entonces los papás se acercaban con nosotros hojeaban el libro, veían las referencias y les decían a sus hijos: mira hijo así era en mi época. De alguna forma el libro se convirtió en un pretexto para convivir en familia”.
De Raúl Velasco a Yuya
Para Guillermo Guerrero, los líderes de opinión de los ochenta y los youtubers poseen algunos temas en común, para él, la diferencia radica en la diversidad de plataformas: “Antes no había muchos medios, entonces todos nos reuníamos a las 5 a ver a Raúl Velasco y escuchar lo que tenía que decir, sólo teníamos la posibilidad de ver el canal 4, el 5 o el 9… Ahora tenemos una gran variedad de plataformas donde podemos escoger entre un montón de temas y opiniones”.
Nostálgico pero ecologista
La cantidad de objetos y juguetes que se recuerdan en el libro es admirable (desde los cubos Rubik hasta los relojes Casio de calculadora), cuando le preguntamos a Guillermo si pensaba que a los niños en la actualidad les hacen falta juguetes más tangibles el escritor dio un punto de vista revelador: “No necesariamente, la cantidad de plástico y basura que generábamos con esos juguetes es lo que nos tiene actualmente en esa situación, nos está llevando el traste”.
Uno de los puntos más interesantes del libro, es que Guerrero jamás se deja llevar por su nostalgia, siempre conserva su espíritu crítico y abandona la idea de que “todo tiempo pasado es mejor”. Solo trata de observar aquellos objetos que inundaron su infancia y adolescencia con cariño sin perder la brújula del periodista.
Los lentes rosas
“Hay un psicólogo que decía que la nostalgia es ver al pasado con unos lentes rosas, siempre creemos que lo que nuestra generación vivió es mejor, pero no es necesariamente cierto, en el pasado también había injusticias y cosas muy jodidas”.
Soy Retro Porque no es un libro que enfrenta el pasado con el presente o trata de poner a pelear una generación con la otra, el libro es un homenaje al recuerdo y a los personajes que ayudaron a formar a esa memoria colectiva.
Ciclos
Durante la entrevista, Guerrero jamás perdió el foco crítico sobre la nostalgia. Su perspectiva de la nostalgia siempre es reveladora: “No creo que las películas o música de antes sea mejor o peor, seguramente en unos veinte años veremos otra vez Avengers: Endgame y les diremos a nuestros hijos: estas eran buenas películas no como lo que hacen ahorita, así es la nostalgia, cíclica”.
Soy Retro Porque, ¿parte 2?
“Se quedaron muchos datos sin publicar, nos faltó poner un montón de cosas. Nos encantaría hablar más de música buena de esa época como Poison o Guns and Roses”. Guillermo no cerró la posibilidad de hacer una segunda parte con todas las ideas que se quedaron en el tintero.
No incluye baterías
Al finalizar la entrevista, le preguntamos a Guillermo qué objeto de los ochenta se llevaría a una isla desierta… “Creo que me llevaría un walkman, no importa que solo pueda poner 2 o 3 cassetes, ¿las pilas son ilimitadas, no?”
Lo sentimos Memo, esta pregunta no incluye baterías.