DIÁLOGOS FIL CON FERNANDO SAVATER Y ENRIQUE KRAUZE 

En su edición virtual, la FIL Guadalajara ha presentado eventos de gran calidad, uno de ellos fue la mesa de diálogo “El desafío de la ciudadanía”, como parte del programa FIL Pensamiento, en el evento participaron la escritora Patricia Kolesnicov, el filósofo y escritor español Fernando Savater, el historiador y ensayista mexicano Enrique Krauze.

Imagen cortesía © FIL Guadalajara

En su primera intervención, Fernando Savater quien mencionó “La pandemia del COVID-19 no solamente ataca a la salud pública, sino que afecta el aspecto social de las personas sin importar el país en el que vivan”. También hizo hincapié en que:

Lo diabólico de la epidemia es que ataca a nuestro ser social, no sólo lo físico, a nuestra identidad higiénica como personas, sino a nuestro ser social. Lo que vivimos es un fenómeno social en cada país, en cada lugar teñido de las circunstancias particulares que se conjugan con los aspectos médicos. La pandemia hace que la muerte se convierta en un mal común, en una tragedia colectiva que deja de lado la intimidad que suele acompañar a la muerte.

En su participación,  Enrique Krauze señaló que desde el surgimiento de los episodios de mayor contagio del COVID-19 la humanidad está en una disyuntiva de optar por la vida o hundirse en la ola de la muerte. Además agregó.

No hay que hablar únicamente de la muerte. La vida estalla por todos lados, estalla con las ganas de vivir y de estar, de beber, de ver deportes y luego de que pase la peste sí soy optimista, creo que va a haber una especie de entusiasmo global que habrá que administrar para que no se desboque y espero que tenga buenas consecuencias.

Tanto Fernando Savater como Enrique Krauze coincidieron en que haya un rescate de la manera en cómo se vive la pandemia desde diferentes lugares y que se retomen los cuentos, novelas y obras que muestran la forma en cómo se desarrollaron las pestes que han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. 

LÍDIA JORGE PLATICA CON “MIL JÓVENES” 

La ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2020 Lídia Jorge, charló con jóvenes en el ya tradicional evento “Mil jóvenes con…”, la plática se desarrolló en torno a literatura, pandemia y el poder de las mujeres.

Lo primero que Lídia Jorge mencionó fue: 

Pese a los desafíos que impone un mundo globalizado, los jóvenes deben de creer en el futuro y estar convencidos de que son capaces de cambiarlo con sus habilidades. Los jóvenes deben decir ‘yo creo en el futuro’, tienen que creer que el futuro será hecho de sus manos y que son capaces de pasar todas las dificultades. Están delante de desafíos tremendos porque tienen que hacer una gran síntesis entre la cultura humanística y una cultura tecnológica y científica; son desafíos tan grandes porque van a tener que cambiar el mundo sobre una línea de equilibrio muy sencilla.

En una amena charla en la que contestó dudas de los jóvenes lectores, Lídia Jorge contó que de niña se refugiaba en los libros que su abuelo le regaló para que no se aburriera, y en ocasiones leía en voz alta para los adultos de su familia. 

Imagen cortesía © FIL Guadalajara

Confesó que había historias en las que los finales no la dejaban satisfecha, lo que la impulsó a escribir finales alternos y así iniciarse en la narración a los nueve años.

Cuando terminaba de leer, no quería que las historias terminasen como terminaban, yo quería cambiar los finales. Cuando tenía nueve años empecé a escribir pequeñas historias que cambiaban las de los libros para adultos que leía en voz alta para mi familia. Tenía la idea de que escribiendo podía cambiar las historias humanas que estaban cerca; tenía la idea de una que me daba mi pequeño cuaderno, los papeles y el lápiz de que yo podría cambiar la vida y aún sigo pensando así.

La autora de libros como El día de los prodigios, aceptó que si bien un libro no puede cambiar el mundo, pero aseguró que sí se puede cambiar la forma de ver ese mundo, como Charles Dickens, Juan Rulfo, Milan Kundera y Fernando Pessoa. 

La poeta y ensayista reconoció ser una partidaria del movimiento feminista, y lamentó que solamente hasta el siglo XX las mujeres tuvieran el poder de escribir y hablar de su vida como mujeres cuando su aportación es tan rica en experiencias.   

No hemos alcanzado el poder, no tenemos aún la gran voz del poder, somos las que pueden mejor hablar del poder porque estamos escuchando de lejos y debajo de la mesa del poder. Lo que quiero decir a las escritoras es que sean sinceras con la vida, sean testimonio sincero y no fútiles de la vida; que se enlacen con el dolor de las mujeres de su pueblo y hablen de ellas de una forma sencilla, apasionada y que no se dejen ir por la superficialidad o por circunstancias que no son las más importantes.Casi al finalizar la charla, Lídia Jorge aseguró que la pandemia ha sido una etapa dolorosa y de luto por la muerte de su madre a causa de esta enfermedad, así como por el sufrimiento de la gente que se ha quedado sin trabajo o sin sus seres queridos; apeló a la esperanza de que algo quede en la humanidad para que surja un cambio profundo, a fin de “compartir más, no asesinar la Tierra y no olvidar la cultura tradicional frente a la tecnológica”.