José Pedro Manglano nos presenta la historia real del secuestro de Bosco Gutiérrez y cómo vivió desde su perspectiva este gran evento que marcó su vida y la de sus familiares cercanos. 

257 días podría considerarse una crónica sobre el secuestro y como el protagonista buscaba controlar sus emociones y pensamientos por medio de su fe en Dios. Bosco Gutiérrez nos platica de cierta forma como fue pasar tanto tiempo en un lugar donde no podía hacer mucho, apenas tenía contacto con la realidad de las cosas en el exterior, viviendo en un cuarto de 3 metros de largo por 1 de ancho, mientras que su única preocupación era su esposa y sus amados hijos, donde día a día realizaba una oración por ellos, por sus hermanos que realizaban su rescate y por Dios, que era su única compañía.

Una mezcla de emociones causa al pasar las páginas, pues la resolución de dicha situación parecía estar cerca, pero a la vez lejos, Bosco trata de no tocar fondo y se muestra realizando actividades que lo mantienen cuerdo, aparte de su máximo acercamiento a Dios, mostró humildad y perdón al grupo de secuestradores que lo tenían encerrado, incluso por su cuenta, empezó a familiarizarse con ellos. Mientras que, por fuera, su familia seguía buscando una solución a las negociaciones y no perdiendo la esperanza de ver una vez más a Bosco.